El Aeródromo de Santa Cilia amplía sus horizontes al mercado australiano

Matthew Scutter, campeón del mundo junior de vuelo a vela en el año 2015 (Narromine, Australia) practica estos días este deporte en el Aeródromo de Santa Cilia, que, con la presencia del joven, ve ampliados sus horizontes al mercado australiano. Es la primera vez que el aeródromo recibe a un piloto procedente de este país, y el nombre de Scutter se suma a la larga lista de profesionales reconocidos que ya han pasado por las pistas jacetanas.

El Aeródromo de Santa Cilia, instalaciones del Gobierno de Aragón vinculadas a Turismo de Aragón, comienza a recoger los frutos de la promoción que lleva realizando más allá de nuestras fronteras desde hace tres años y se ha convertido ya en un referente entre los pilotos europeos más prestigiosos de esta disciplina. Poco a poco, el Aeródromo de Santa Cilia va posicionándose en el mapa internacional del vuelo sin motor, como lo demuestra el hecho de que cada vez son más nombres propios relacionados con el vuelo a vela, no sólo de Europa, sino de todo el mundo, los que se decantan por el aeródromo aragonés, consolidado ya como centro de referencia en el territorio nacional.

En cuanto a la presencia de Scutter en las instalaciones gestionadas por Fly Pyr y el Aeroclub Nimbus, hay que decir que viene a reforzar este lugar destacado que ya ha logrado alcanzar el aeródromo. A sus 24 años, Matthew Scutter ya ha llegado a lo más alto, ganando un Campeonato Mundial Junior World. Sin embargo, no era la primera vez que el joven australiano, apasionado de la aeronáutica y que, en un principio, quería ser piloto de aviación comercial, participaba en una competición de primer nivel. Fue en 2011 cuando compitió en su primer Campeonato Mundial de Planeadores en Alemania, donde descubrió que su verdadera vocación estaba ligada al vuelo sin motor. A pesar de su juventud, hoy es uno de los pilotos con una carrera más prometedora del panorama mundial del vuelo a vela.

La presencia de un campeón del mundo en Santa Cilia supone una importante promoción no sólo para el aeródromo, sino también para toda la zona, ya que no hay que olvidar que los pilotos extranjeros que llegan hasta sus instalaciones son los mejores embajadores, una vez de vuelta a sus países de origen, de la Jacetania y de Aragón y de todo el potencial que tiene esta comunidad.