Cambia la puerta de casa porque piensa que le están robando y así pilló a su vecina ladrona: "Si llama a casa..."
Una joven de TikTok de Zaragoza ha contado una historia familiar que se ha hecho viral por lo que le sucede junto a su madre y a su hermana

La joven del vídeo
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Una joven de TikTok, vecina de Zaragoza, ha compartido una historia familiar que rápidamente se ha hecho viral. La anécdota que relató, cargada de sorpresa y tensión, ha dado la vuelta a las redes sociales por la sorprendente y hasta cómica forma en que descubrió el robo de su vecina. La historia, llena de giros inesperados, pone de manifiesto cómo las sospechas de un robo, inicialmente desestimadas, pueden convertirse en una pesadilla que destapa traiciones inimaginables.
El inicio de una sospecha
Según la joven, todo comenzó hace unos seis o siete años, cuando su madre empezó a notar que faltaban varias pertenencias en su hogar, incluidas joyas, comida y dinero. "Mi madre tenía todo el tanto, como una mosca detrás de la oreja, que decía, 'alguien está entrando en esta casa'," relató la joven en su video de TikTok. La madre, que siempre fue precavida y algo paranoica, sospechaba que alguien estaba entrando en su casa. "Mi madre es una paranoica, que decía, 'van a encontrar la llave, van a subir a casa, nos van a degollar...'", pero a pesar de los miedos de la madre, la realidad era aún más sorprendente de lo que nadie podía imaginar.
Entre las cosas que empezaron a desaparecer, se encontraban objetos aparentemente inocuos, como joyas y dinero. La madre, desconcertada, empezó a interrogar a sus hijas sobre lo sucedido. "Nos preguntaba, '¿me habéis cogido tal? ¿Me habéis cogido tal?'", pero tanto la joven como su hermana negaban saber algo. A pesar de ello, la madre siguió con la mosca detrás de la oreja, sobre todo cuando empezaron a suceder fenómenos extraños en la casa, como llamadas sin respuesta al teléfono fijo y timbres de la puerta sin nadie en el umbral.
La "gran" solución que salió mal
La madre, convencida de que alguien estaba entrando en su hogar, decidió cambiar la puerta de la casa. "Mi madre dijo, 'voy a cambiar la puerta de casa, porque yo siento que en esta casa está entrando alguien', porque ojo de loca no se equivoca". Sin embargo, lo que parecía ser una medida de seguridad terminó siendo un golpe maestro para la vecina ladrona. La nueva puerta fue instalada por el marido de la vecina, un carpintero, quien, sin que nadie lo supiera, guardó una copia de las llaves. "Cambiar la puerta no sirvió de absolutamente nada, ahora tenía más vía libre para entrar", explicó la joven. Lo que había comenzado como un intento de proteger la casa de los ladrones, se convirtió en una puerta abierta para la vecina, que ahora tenía acceso total.

Una puerta roja en una pared de ladrillos con escaleras que conducen al segundo piso y una puerta abierta en el lado derecho.
El desenlace de la historia llegó cuando, en un giro inesperado, la tía de la joven vino a visitarlos desde Francia. La madre aprovechó la ocasión para poner en marcha un plan. Le pidió a su tía que no respondiera ni hiciera ruido si alguien llamaba a la puerta. Al día siguiente, el timbre sonó varias veces, y cuando la tía no respondió, la vecina entró directamente por la puerta. Fue entonces cuando la tía, que no hablaba muy bien español, sorprendió a la ladrona dentro de la casa. "Mi tía le dijo, 'che, tú, ¿qué haces aquí?' La otra se quedó muda", relató la joven entre risas.
Este encuentro inesperado culminó en una confrontación. La madre de la joven, furiosa, le dijo a la vecina: "te voy a denunciar, perra". La vecina, al escuchar la palabra "denuncia", perdió los papeles. "Empezó a espotricar, en vez de callarse, que lo has hecho tú mal", continuó la joven, describiendo la escena.
La sorpresa final
Aunque la madre de la joven presentó una denuncia, parecía que no había pruebas suficientes para acusar a la vecina. Sin embargo, la historia dio un giro aún más insólito cuando la madre de la joven, mientras paseaba por un rastro, se encontró con joyas que le parecían familiares. Al investigar, descubrió que las piezas pertenecían a las que habían desaparecido de su casa años atrás. "Mi madre dijo, 'esto no puede ser', y al final, el joyero confirmo que las joyas eran de origen marroquí", explicó la joven.
Con este nuevo hallazgo, la madre pudo presentar pruebas ante la Guardia Civil. "Y adivinad quién vendió ese oro: mi puta vecina", concluyó la joven, haciendo evidente que, efectivamente, la vecina había sido la ladrona. La vecina tuvo que devolver el dinero por las piezas que no habían sido fundidas, y la familia vivió un proceso largo de juicios y denuncias. La joven concluyó con una lección importante: "Fíate ni de tu puta sombra".

Ascensores dobles en rellano de edificio de viviendas con suelos de gres y carpintería de sapeli.
El caso de esta joven zaragozana demuestra cómo, en ocasiones, la desconfianza puede llevar a descubrir traiciones ocultas durante años. Si bien la experiencia fue aterradora, el desenlace ha dejado a todos con la boca abierta, mostrando hasta qué punto las cosas pueden volverse insospechadas cuando se trata de familiares cercanos o vecinos de confianza.