El hallazgo del cadáver de Olivia, la peor noticia para una familia que nunca perdió la esperanza
Beatriz encontró en la fe una de las mayores fortalezas para afrontar la desaparición de sus hijas
Madrid - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El hallazgo en la tarde de este jueves del cuerpo sin vida de una menor en el fondo del mar —"prácticamente con toda seguridad", Olivia Gimeno, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Canarias—, cumple los peores pronósticos sobre el paradero de las pequeña desaparecidas desde finales de abril junto a su padre en Tenerife y rompe las esperanzas de una madre, Beatriz, que siempre defendió la tesis de la fuga.
Incluso hasta después de que el lunes fueron encontrados una botella de aire comprimido y una funda de edredón perteneciente a Tomás Gimeno, Beatriz siempre defendió que se trataba de pruebas falsas que su expareja había dejado para enmascarar una fuga con las niñas a otro continente.
Esta teoría de Beatriz ha levantado multitud de seguidores en todo el mundo, que han compartido en redes sociales las fotografías y los vídeos de las dos niñas que casi diario este joven madre de 34 años lanzaba. Beatriz nunca perdió la esperanza y su entorno habla de su fe como una de sus mayores fortalezas para afrontar este trance.
Este jueves por la tarde, las redes sociales no le han vuelto a fallar y se cuentan por miles las personas que le han mostrado su pesar y su ánimo, y acusan a Tomás Gimeno de ser el causante de este daño irreparable.
La noticia surgió sobre las 19:00 horas, cuando la Delegación del Gobierno en Canarias comunicó el hallazgo por parte del buque oceanográfico de unos restos humanos que podrían corresponder a una menor. El cuerpo fue hallado a unos 1.000 metros de profundidad en el interior de una bolsa de deportes lastrada en el fondo del mar por un ancla. Junto con esta bolsa se encontró otra, pero vacía.
Posteriormente, el Tribunal Superior de Justicia de Canarias informaba de que la magistrada titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Güimar había practicado en el Instituto Anatómico Forense de Tenerife el levantamiento del cadáver de "una niña de en torno a los seis años que, a falta de pruebas médico forenses más determinantes, podría corresponder, prácticamente con toda seguridad, a Olivia G".