Llama a un camarero de A Coruña "gordo de mierda" y el empleado acaba despedido por la empresa: es procedente
El hombre trabajaba como camarero en un hotel de 4 estrellas y la empresa le entregó su carta por despido "ante el conocimiento de una serie de irregularidades cometidas en el desempeño de su trabajo habitual"
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Camarero que atiende en el interior del hotel Bed & Breakfast y del bar público
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El Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSJG) ha confirmado la procedencia del despido disciplinario de un camarero de A Coruña que, tras protagonizar un altercado con un compañero de trabajo, insultó y humilló a este último de manera verbal y física. Un incidente que no solo ha puesto de manifiesto el grave comportamiento del trabajador, sino también la necesidad de mantener un entorno laboral respetuoso y profesional, en el cual las conductas agresivas y despectivas resultan inaceptables.
El empleado en cuestión, quien trabajaba como camarero en un hotel de 4 estrellas de A Coruña desde 2022, fue despedido el 27 de junio de 2023 por la empresa. Según la carta de despido entregada ese mismo día, el trabajador fue apartado de su puesto debido a "una serie de irregularidades cometidas en el desempeño de su trabajo habitual", constitutivas de incumplimientos graves y culpables.
El detonante del despido se dio el 10 de junio de 2023, cuando el camarero, tras pedir a un compañero que recogiera utensilios del buffet, fue respondido con una negativa. Esta negativa, sumada a un posible conflicto previo, desembocó en un altercado verbal entre ambos. Según el informe de la empresa, el camarero insultó gravemente a su compañero, empleando expresiones como “gordo de mierda”, “gordito” y “no vales para otra cosa”. Además, los testigos confirmaron que la discusión escaló hasta convertirse en un forcejeo físico, lo que obligó a intervenir a otras personas para separar a los implicados.
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Bar de vinos en un hotel
El comportamiento del camarero no era algo aislado. La empresa ya había advertido en ocasiones anteriores al empleado por otros conflictos similares, tanto con compañeros como con clientes. Según el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores, la empresa tiene la facultad de aplicar sanciones disciplinarias cuando se producen faltas muy graves, como los insultos, las agresiones físicas y las conductas que alteran el buen clima laboral, como es el caso. La compañía argumentó que el comportamiento del trabajador era incompatible con la imagen y los valores que promueve la empresa, por lo que decidieron proceder con su despido disciplinario.
Reclamación por parte del trabajador
El camarero no aceptó la decisión de la empresa y optó por reclamar la improcedencia de su despido. En su recurso, alegó que se había vulnerado su derecho a la defensa, que existían errores en los hechos probados y que la sanción era desproporcionada. En particular, trató de justificar su actitud argumentando que hubo un conflicto previo con el compañero sobre los tostadores, que la pelea fue más provocada por el otro empleado y que, además, su comportamiento fue mal interpretado.
Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Galicia no aceptó las alegaciones del trabajador. A pesar de algunos detalles adicionales que el empleado intentó incorporar, como lesiones físicas y quejas de clientes sin consecuencias directas para él, el tribunal concluyó que los hechos probados demostraban que el camarero había incurrido en una conducta inaceptable, como los insultos graves y la pelea física. Además, el tribunal consideró que la empresa había actuado correctamente, dado el historial conflictivo del trabajador y el ambiente laboral alterado que generaba con su comportamiento.
El TSJG, tras estudiar el caso, desestimó el recurso interpuesto por el camarero y validó el despido disciplinario. El tribunal destacó que la sanción aplicada no fue desproporcionada, ya que la gravedad de los insultos y el historial de advertencias previas demostraban una conducta reiterada incompatible con su puesto de trabajo. Asimismo, el tribunal ratificó que el despido se ajustaba a la normativa legal, en concreto al artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores y al VI Acuerdo Laboral Estatal para el Sector de Hostelería (ALEH), que considera las agresiones físicas y verbales como faltas muy graves.
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Camarero en un hotel sirviendo bebidas por la noche.
Este caso subraya la importancia de mantener un comportamiento profesional y respetuoso en el entorno laboral, especialmente en el sector de la hostelería, donde el trato al cliente y la armonía entre compañeros son clave para el buen funcionamiento de la empresa. La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Galicia establece un precedente claro en cuanto a la gravedad de las faltas cometidas por este camarero, quien, a pesar de intentar revertir la decisión de la empresa, no logró demostrar que su despido fuera improcedente.