Un ganadero de Lugo se jubila y la primera decisión que toma afecta de lleno a su hijo: "Complicado"
Galicia se enfrenta al desafío del relevo generacional en el campo. La Xunta crea un "banco" de explotaciones ganaderas para garantizar traspasos de granjas viables
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El relevo generacional en el campo gallego: un desafío
Santiago - Publicado el
4 min lectura
Adolfo cumplió 65 años y, después de toda una vida trabajando en su explotación de carne de Xermade, en Lugo, se jubila. No le ha costado dar ese paso: "Cuesta más seguir ahí". Pero es que, en su caso, tiene el trabajo muy cerquita, a los pies de su vivienda. Y, además, es su propio hijo quien toma las riendas de la empresa familiar: "Si no hubiera relevo, a lo mejor me costaría más. Pero, al fin y al cabo, aunque no trabaje, vivo al pie de la explotación y voy viendo cómo va la cosa". Así que es verdad que Adolfo, del todo, no lo ha dejado.
No tienen trabajadores a su cargo, ellos dos se encargan de todo en esta explotación familiar. Jesús asegura que no sabe lo que va a cobrar cada mes, pero sí que lo que gana le da para vivir bien: "Nunca sabes cómo va a salir la cosa, aunque tienes una orientación. Puedes vivir dignamente, pero mejor no eches la cuenta de las horas que pasas aquí". Nos explica.
Ellos son ganaderos de vacuno de carne extensiva ecológica, aunque en los comienzos de esta granja, allá por los años 80, non tenían ese sello ecológico. El trabajo de entonces y de ahora no se parece: "Los medios de entonces no eran como ahora. La maquinaria era precaria y darle de comer a las vacas en invierno era más complicado", asegura Adolfo.
Jesús nos cuenta su jornada: "Tampoco empieza tan temprano como en una granja lechera. Arrancamos sobre las nueve y media, diez de la mañana. Primero controlamos que está todo bien y vamos con las labores diarias: darles de comer, hacer los trabajos… ir organizando todo un poco".
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Jesús con su padre Adolfo, en su explotación familiar en Lugo
Aunque el trabajo es más físico que estar ocho horas frente a un ordenador, tiene su parte muy buena: el contacto con la naturaleza, los animales, seguir en su casa y trabajando en un mundo que ha mamado desde pequeño. No todo el mundo puede decir que tiene unas vistas como las suyas en su puesto de trabajo.
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Granja familiar en Xermade, Lugo
Pero las cosas están cambiando y tanto Adolfo como su hijo Jesús son conscientes de este cambio silencioso en el campo gallego: "Ahora, el que quiera empezar de cero sin base territorial o con dificultades para alquilarla… eso ya es muy complicado, sobre todo de explotaciones en extensivo. Hay gente que fue dejando la actividad agraria y dedicó las fincas a otra cosa, a repoblar con pinos o eucaliptos, por ejemplo". Nos cuenta Adolfo.
Jesús es testigo también de la transformación: "La gente en los pueblos va a menos, así que el relevo es más difícil en ese sentido. Las explotaciones que quedan en la zona van cogiendo otro matiz, suelen ser más grandes". Son más empresas, más que explotaciones familiares como la suya.
EL RELEVO GENERACIONAL: EL DESAFÍO DEL CAMPO GALLEGO
En este caso el relevo generacional está garantizado. Pero este es uno de los desafíos del campo gallego: que haya quien se haga cargo de las explotaciones.
Para hacernos una idea: solo en granjas lecheras, en las explotaciones de producción de leche, la mitad de los titulares de esas explotaciones tiene más de 50 años. Si bien, hay datos también para la esperanza: el 33% de los productores de leche en Galicia, esto es, un tercio, con 45 años o menos, producen el 53% de la leche de la comunidad. Es decir, los jóvenes están al frente de las granjas con mayor capacidad de producción.
El campo gallego está en unas cifras que nada tienen que ver con tres o cuatro décadas atrás: "Simplificando, cuando entramos en la UE había medio millón de personas trabajando en el sector agrario, hoy quedan 50.000". Nos lo cuenta el profesor de economía aplicada de la USC Edelmiro López.
Cree que ese es el gran reto del campo: retener mano de obra en comarcas rurales: "Sobre todo las principales comarcas ganaderas del interior de A Coruña, Lugo o la zona del Deza, en Pontevedra, donde aún se mantiene una base agroganadera y de personas trabajando en la agricultura, relativamente consistente, y, en cambio, uno va a la provincia de Ourense y quitando alguna comarca como A Limia o el Ribeiro y quedan pocos ocupados en el sector".
BANCO DE EXPLOTACIONES DE GALICIA
Para ayudar a este relevo está en marcha ya el banco de explotaciones de la Xunta de Galicia.
Esto es, la administración autonómica funciona de intermediaria entre quien deja su explotación y quien quiere hacerse cargo de ella. El objetivo es que esta herramienta pueda facilitar la transmisión de cerca de 140 explotaciones hasta el 2026.
Los cedientes, titulares de explotaciones agrarias familiares, podrán completar su pensión de jubilación con los ingresos generados por el alquiler o venta de su granja. Los agricultores jóvenes, por su parte, podrán acceder a la gestión de una explotación que está en funcionamiento y es viable.
Nos lo explica La conselleira de Medio Rural María José Gómez: "Con la base territorial de esas explotaciones pueden añadirse. Cualquier persona que quiera empezar en el sector también puede optar a esas explotaciones".
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¿Cómo funciona el banco de explotaciones en Galicia?