"Avui juga el Mallorca!"

"Avui juga el Mallorca!". En tiempos de "nuevas experiencias" en el fútbol, de DJs con música estridente, de videomarcadores gigantes con imagen de alta definición, de bares temáticos en el estadio, de zonas vip con visión del túnel de jugadores, con canapés y copas de cava, en tiempos de este fútbol del siglo XXI a cualquier hora sea cuando sea, hoy por ejemplo puede haber 28 grados a las 19h, hay algo que no ha cambiado: la sensación de partido, de volver al estadio para ver al Mallorca, o no ir pero tener claro que juega el mallorqueta. La misma sensación que tuvieron los de ayer, los padres, abuelos o bisabuelos de los mallorquinistas de hoy.

Quizá porque es martes, quizá porque es un día y una hora (19h) extraños en una época de calor que huele a verano, repetir lo que repetieron durante décadas generaciones anteriores ayude a anclarse. El fútbol que conocieron los mayores no tiene nada que ver con el que vivimos hoy, aunque algo no cambia, la conexión con lo que pasa cuando el balón echa a rodar.

Pese a las continuas interrupciones en el juego, pese al suspense que la visión arbitral a través de pantallas decide sobre el juego, pese a que muchas veces intentar sacar ventaja de la revisión de las jugadas provoque el efecto indeseado, contrario al buscado, de búsqueda del engaño, y que provoca continuas simulaciones e interrupciones del juego. Pese a todo eso, el fútbol afortunadamente se aguanta a partir de lo que se hace con un balón y para recuperarlo.

Pequeños y mayores se han vuelto adictos desde bien pronto a ese olor a césped cortado, han conectado con unos jugadores relacionándose con un balón, han conectado con ese jugador que aún conserva algo de instinto para desequilibrar al adversario, para amagar por aquí yéndose por allá, con ese bravo que es capaz de llegar antes a un cruce yendo al suelo, que gana un salto por arriba con un poco de suerte de que su rival no finja un golpe terrible y acabe llevándose una amarilla.

Los aficionados mallorquinistas siguen conectando entre ellos discutiendo sobre la alineación, siempre que haya una pausa en la música a todo volumen, que es lo importante parece ser, siguen conectando con su niño interior que creció con una pelota, siguen enfadándose cuando el árbitro le pita falta a su jugador. Los aficionados siguen conectados al fútbol y los mallorquinistas siguen estimulándose cada día que juega el RCD Mallorca, su "Mallorqueta". Con la preocupación propia que todo mallorquinista debe tener, sino algunos dirán que no es muy mallorquinista, dispuestos a sufrir con lo que tienen, porque "passar una penada" está en el adn mallorquinista, se ha transmitido de padres a hijos durante décadas.

Los cambios.-

Arrasate ha sido el impulso de este verano, el cambio de modelo, pero todo modelo y todo entrenador necesita jugadores. Ha cambiado la forma de arroparse, durante mucho tiempo han estado arropándose la cabeza con Aguirre, pero ahora ha llegado Jagoba y ha dicho "nos destapamos", y en ello está, convenciendo a sus jugadores para ir a tumba abierta a recuperar pronto la pelota, que ellos también saben jugar, con ideas claras y directas, sin componendas ni excusas. ¿Lo conseguirá? el técnico vizcaíno es persistente y convincente, es lógico pensar que sí lo conseguirá. Para qué le dé eso al equipo ya lo dirá el fútbol, ya lo dirá la liga. Por lo pronto hoy se miden dos equipos con un solo punto en dos jornadas, con necesidad de puntos para hacer creer a los abajo, a los de arriba y a los de en frente de que su propuesta será exitosa. Mallorca y Sevilla necesitan ganar y hacer creer a los demás que lo suyo va a funcionar.

Con Morey y Llabrés ausentes en los locales y Ocampos (importante baja), Montiel y Suso en los visitantes, repite convocatoria Arrasate que hará cambios seguro. Jugadores como Lato,Copete, Morlanes, Antonio o Larin pueden salir de inicio. Ojo en el Sevilla al ex Premier Iheanacho que puede ser titular con Isaac Romero tocado, ojo a Lukebakio y cuidado con Ejuke, el más desequilibrante ante el Villarreal. Es engañoso el punto del Sevilla, ante el Villarreal tuvieron manos a mano con Diego Conde, pero el portero del Villarreal está en estado de gracia (como demostraba anoche ante el Celta). Lo pitará Muñiz Ruiz y está casi todo vendido. Si acuden los abonados habrá un entradón como ante el Real Madrid.

Nuevo Son Moix y el recuerdo del Luis Sitjar.-

"Avui juga el Mallorca", es lo único que no ha cambiado en un fútbol muy cambiado y un Mallorca cambiado en una casa también cambiada. Frente a ese fútbol de experiencias de lujo que sólo algunos se pueden permitir, el aficionado de a pie sigue yendo con su familia o con sus amigos a vivirlo como antes, no ha cambiado tanto.

Viendo cómo viven ese fútbol los que se lo pueden permitir en Son Moix entre bandejas de canapés y brindis mientras se ve pasar por el túnel a los jugadores y se puede pisar el campo, es inevitable acordarse del fútbol del Luis Sitjar, aquel viejo e incómodo campo pero santuario de sus aficionados que llegaban a pie, se reunían alrededor del campo para comentar la jugada, los corrillos que se formaban frente al muro blanco y las desconchadas taquillas.

Ni es bueno vivir en el pasado ni es inteligente pensar que todo lo moderno es bueno por el simple hecho de ser moderno. Hay fútbol para todo el mundo, también en el recuerdo de su corazón, habrá por ello quien prefiera vivirlo como antes y habrá quien quiera disfrutar de lo mejor de este mundo, de este fútbol. No se trata de mejor ni peor, las cosas son diferentes y cada uno escoge cómo vivir lo que le gusta, lo único que no ha cambiado es que "avui juga el Mallorca".

(Mallorca-Sevilla, 19h, Son Moix. Tiempo de Juego en directo).