Primeras quejas por el volumen de la música en la previa del RCD Mallorca-Real Madrid

Algunos aficionados del RCD Mallorca lamentan en las redes ese exceso de volumen en el espectáculo previo al partido

Primeras quejas por el volumen de la música en Son Moix

Jordi Jiménez

Mallorca - Publicado el - Actualizado

6 min lectura

El RCD Mallorca tiene un plan desde el desembarco de los actuales propietarios, con el presidente Andy Kohlberg a la cabeza (en 2016 el grupo lo encabezaba Robert Sarver), son los accionistas que han hecho posible este ciclo histórico del club, con el saneamiento económico, la recuperación deportiva y social, patrimonialización con una mejora sustancial de todas las instalaciones, tanto Estadio de Son Moix como Ciudad Deportiva Antonio Asensio.

Dicho plan consiste en hacer crecer el club por varias vías, no sólo las buenas inversiones deportivas que dejen retorno, como fue el Mallorca de la época dorada, comprar a precio asequible, revalorizar y vender más caro. Este verano se ha vuelto a cumplir con Rajkovic y Gio, unos 14 millones de euros, mientras hace un año el gran traspaso fue el de Kang-In Lee, con 22 millones de traspaso. No todos ingresan en las arcas del Mallorca, una parte del traspaso iba para el jugador que llegó libre, y en el caso de Rajkovic una parte va al Stade de Reims también.

Las otras vías de ingresos pasan por el patrocinio y la explotación de las instalaciones, algo posible desde la reforma del estadio que ahora ofrece mil posibilidades. En el paquete que lo hace posible va también el espectáculo, no sólo ver el partido de fútbol. Atraer a más gente al estadio y antes. Estas cosas se van viendo y en este capítulo el club está en pleno crecimiento. Las zonas vips están a tope, la experiencia túnel, el pub del fondo sur, también se acaba de abrir en el mismo estadio un nuevo bar deportivo temático del Mallorca, llevado además por profesionales mallorquinistas.

En el espectáculo previo al partido se incluyen actuaciones musicales, fuego, dimonis, juego de luces. Ante el Real Madrid ya se vio un cambio y se dejó a un lado el Carmina Burana, repetido hasta aburrir la pasada temporada, y el locutor empleó el "We Will Rock You" de "Queen". Veremos si será para el resto de partidos o sólo ese día.

Lo que no gustó tanto entre los miles de seguidores que casi llenaban Son Moix (23.010 sobre 26.000 de aforo) fue el volumen de la actuación previa al partido. Demasiados decibelios para el cometido en cuestión y el escenario, dar ambiente a un campo de fútbol. Es decir, un espectáculo deportivo, no es ninguna pista de baile, no es ninguna discoteca de moda ni es ningún concierto, que si así fueran, seguirían atentando contra la salud de los presentes. Mucho menos sentido tiene entonces en un espectáculo deportivo.

Familias, aficionados de toda clase y condición acuden a Son Moix, es lo más transversal y unificador que existe en la sociedad mallorquina. En ningún otro lugar ni espectáculo se da una variedad de público similar, porque el fútbol es de los mayores y los pequeños, de los que peinan canas y de los que empiezan a salir, es de todos. Familias, personas de toda clase y condición, personas con alguna discapacidad. Si a una personal con todas sus facultades le pueden dañar los decibelios que había el pasado domingo en Son Moix, podemos imaginarnos qué le puede ocurrir a alguna persona con algún transtorno del comportamiento o alguna dificultad.

Este ruido infernal lo que hace es expulsar a un público que no se siente identificado, como si el fútbol sólo fuera para un determinado tipo de aficionado, joven, con ganas de marcha etc. No, el fútbol no es eso. Pero hay más: el ruido impide la conversación, si el aficionado no está dispuesto a dejarse la voz no hablará con su familiar, su amigo o su vecino de asiento. Es decir, el fútbol es expulsado de la previa del partido. Hay que esperar a que acabe todo y empiece el partido para poder comentar la alineación, por ejemplo.

¿Por qué motivo los aficionados acuden antes a un estadio? generalmente para tomar contacto con el campo, oler el césped, tomarse algo, comentar la alineación de su equipo y del rival, comentar las posibilidades de su equipo, qué partido esperan o qué semana han tenido. De los que les dé la gana. El fútbol de toda la vida no puede ser sustituido por el ruido. Y si es así, los aficionados seguirán haciendo vida fuera del estadio antes del partido y no llegarán a su asiento hasta que esté a punto de empezar el partido.

El RCD Mallorca, que tanto empeño pone en "mejorar la experiencia", no puede dejar en manos de unos particulares con sus propios intereses, sean quienes sean, la experiencia previa al partido. Al o a la DJ de turno lo que le importará será que su espectáculo salga cojonudo y la rompa, porque para eso está ahí, pero no puede ser a costa de la salud de las personas.

Daños a la salud del ruido.-

"Se puede estar expuesto a tanto sonido que destruya la audición", decía Erica Walker, epidemióloga de la Universidad de Brown (Estados Unidos) para National Geographic. "Los sonidos fuertes o repetitivos no sólo dañan las membranas, las células ciliadas o los nervios que nos permiten oír, también pueden alterar nuestro sueño y desencadenar una cascada de problemas en todo el cuerpo".

"Estos sonidos fuertes o repetitivos no sólo dañan las membranas, las células ciliadas o los nervios que nos permiten oír: también pueden alterar nuestro sueño y desencadenar una cascada de problemas en todo el cuerpo". Dice Walker que "la alteración del estado de ánimo hace que el cuerpo active una respuesta de lucha o huida. Es la misma respuesta que se activa cuando estás en un callejón oscuro y ves un pit-bull feroz, y tu cuerpo dice: 'O tengo que huir de esto, o tengo que luchar contra esto'".

Y añade esta científica: "Cuando se estimula esa respuesta de estrés, empiezas a respirar más deprisa. Tu ritmo cardíaco empieza a aumentar. Tu cuerpo libera todas estas hormonas. Gran parte de la bibliografía se centra en el ámbito cardiovascular: hipertensión, infarto de miocardio, mortalidad relacionada con el sistema cardiovascular".

En definitiva, no es ninguna broma y no estamos hablando sobre diferentes gustos acerca de la diversión, de qué es diversión y qué no lo es, estamos hablando sobre todo de salud. Es frecuente ver en los estadios de fútbol, porque esta cuestión no atañe sólo al RCD Mallorca, es una constante en los campos de fútbol y no digamos de baloncesto, a niños con auriculares protectores. De otra manera los padres ni se plantearían llevarlos al estadio o serían unos auténticos irresponsables.

Siendo aconsejables las medidas de autoprotección, ¿es necesario acudir a un partido de fútbol como si se fuera a la guerra, pensando en autoprotegerse? Sería más sencillo reducir a términos lógicos el concepto diversión, no dañar a la gente con el ruido, permitir a la gente hablarse y disfrutar del día en compañía, que eso es el fútbol. Todo es una consecuencia más de esta sociedad absurda del ruido, en la que está bien visto el ruido por alguna extraña razón, en la que incluso en una casa particular hay quien se considera legitimado a montar una fiesta de noche a costa de la salud de sus vecinos, sobre todo este mes. Ese egoísmo puro es el que habrá que ir señalando, arrinconando y haciendo desaparecer, no basta con el amparo legislativo porque la ley y la policía no llegan a todas partes, es una cuestión de cada uno de nosotros.

Sobre lo vivido en Son Moix, algunos mallorquinistas han empezado a expresarse en estos términos en las redes sociales en las últimas horas, respondiendo a las reflexiones en Deportes Cope Baleares, pidiendo un poco más de mesura en el volumen. No es tan difícil.

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