Economía circular en La Rioja: El proyecto CHAMPLAST y la sostenibilidad en el sector del champiñón

El sector del champiñón en La Rioja avanza hacia la sostenibilidad con el proyecto CHAMPLAST

El sector del champiñón en La Rioja avanza hacia la sostenibilidad con el proyecto CHAMPLAST
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Emilio Rascón responsable de proyectos ASOCHAMP

Álvaro de los Ríos

Logroño - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El sector del champiñón en La Rioja, referente en la producción nacional, está en pleno proceso de transformación gracias a la innovación del Grupo Operativo CHAMPLAST. Este consorcio, financiado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, tiene como objetivo revolucionar la gestión de residuos y promover prácticas más sostenibles en la industria de los hongos cultivados.

Formado por ASOCHAMP (Asociación Profesional de Productores de Sustratos y Hongos de La Rioja, Navarra y Aragón), el Centro Tecnológico del Champiñón (CTICH), el Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS), la empresa Ingelia y los Agricultores de la Vega de Valencia (SAV), CHAMPLAST busca establecer nuevas cadenas de valor que reduzcan el impacto ambiental y mejoren la rentabilidad del sector.

Un problema de plásticos

Actualmente, la producción de champiñón en La Rioja consume anualmente 900 toneladas de plástico de polietileno, material esencial en el cultivo, pero con una gran huella ecológica. Una vez utilizado, el plástico debe separarse del sustrato postcultivo para ser reciclado, un proceso que implica un alto consumo de agua y energía, lo que lo hace poco sostenible.

Para solventar este problema, CHAMPLAST trabaja en el desarrollo de un film biodegradable específico que sustituirá los plásticos de un solo uso en el cultivo de hongos. La gran ventaja de estos bioplásticos es que podrán integrarse directamente en el compostaje del sustrato postcultivo, eliminando la necesidad de procesos adicionales de separación y reciclaje.

sustrato postcultivo

Otro de los grandes retos del sector es la gestión del sustrato postcultivo de hongos (SPCH), del que se generan unas 220.000 toneladas al año. Actualmente, este material se somete a compostaje y peletización para su reutilización como enmienda orgánica en cultivos agrícolas. Sin embargo, este proceso requiere un gran espacio y resulta costoso a largo plazo.

La solución que propone CHAMPLAST es la implementación de la carbonización hidrotermal (HTC), una tecnología que permite transformar el SPCH en biochar, un fertilizante natural rico en carbono. Este proceso se lleva a cabo a temperaturas más bajas que la pirólisis tradicional, lo que reduce significativamente el consumo energético y mejora la sostenibilidad del sistema. Además, el biochar obtenido puede utilizarse en cultivos agrícolas e incluso en el propio cultivo del champiñón como material de cobertura.

Champiñon

Champiñon

modelo rentable y sostenible

La apuesta por estos procesos innovadores no solo busca reducir el impacto ambiental del sector, sino también mejorar la rentabilidad de las explotaciones agrarias. La reducción en los costos de gestión de residuos y el uso de materiales más eficientes permitirán optimizar los recursos y mejorar la competitividad del sector del champiñón en La Rioja.

Con CHAMPLAST, la industria de los hongos cultivados se posiciona a la vanguardia de la economía circular, demostrando que es posible combinar productividad y sostenibilidad en la agricultura. Este proyecto representa un paso firme hacia un futuro más verde para uno de los sectores más emblemáticos de La Rioja.

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