Vitoria es testigo de la magia de conectar a niños y mayores a través de cartas

Una carta para ti. Así se llama la iniciativa impulsada por Hirukide (Asociación de Familias Numerosas de Euskadi) que desde este lunes permite que niños, desde 5º de Primaria a FP, lleven en persona a las residencias las cartas que han escrito a los mayores que las habitan.

Son cartas personalizadas que dan pie a una charla intergeneracional que mantendrán en los próximos días 2.500 alumnos de los tres territorios vascos con 1.800 mayores de 50 residencias.

COPE Euskadi se ha colado en la de Lakua, en Vitoria, a la que han llegado los estudiantes de 6º de primaria del colegio Tokieder con su misiva manuscrita y mucha ilusión.

brisca y coro

La residencia Lakua, llena de belenes y adornos de Navidad, da la bienvenida con un gran mural presidido por palabras como "equipo" y "soñar". En una salita junto a la entrada encontramos a Tudi, jugando a las cartas con su hijo Isidoro, que va todas las mañanas porque vive "al lado". "Le encanta la brisca, cantar y jugar con los niños, tiene muchos nietos".

Otra usuaria, Teo, espera expectante la llegada de los chavales mientras nos cuenta que estudió en Orleans, dato que demuestra con un fluido francés. "Lo que más me gusta de la Navidad son los villancicos", noes responde precisamente en la víspera de la visita al centro de un coro.

Y por fin, el bullicio anuncia la llegada de los pequeños escritores, carta en mano. Una vez distribuidos por las dos plantas de la residencia llega el momento de conocer a los destinatarios. 

"me gusta la cerveza y el picoteo"

Leo le cuenta a Inés que se irá a Madrid a pasar las fiestas con la familia, mientras Daniel comparte sus aficiones deportivas con Asunción.

La charla resulta ser muy amena con Puri, que confesa que le gusta "la cerveza y el picoteo". "El verano para descansar y el invierno para trabajar", responde a la pregunta sobre su estación favorita.

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Llegada de los estudiantes de Tokieder

el reto escondido

Para la residencia Lakua este encuentro tan entrañable suponía un pequeño reto porque sus usuarios "tienen grado tres de dependencia y deterioro cognitivo", según nos explica Carmen, la trabajadora social de la residencia que acoge a 50 mayores. 

"Aunque algunos no sean muy conscientes lo que sí van a disfrutar es ver a los niños porque les encanta", celebra.

Un chute de vitaminas para unos y una realidad nueva para otros gracias a esta segunda edición de Una carta para ti.