FRAUDES ARQUEOLÓGICOS
La clave del arqueólogo Miguel Loza para triunfar: "ser generoso y compartir con quien sabe más”
Prudencia y humildad en los descubrimientos son los consejos del arqueólogo Miguel Loza para evitar falsificaciones
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Si es cierto que las piedras hablan, últimamente, en Euskadi, gritan. Recientes hallazgos como los de un circo en Iruña Veleia o una piscina en Arkaya, los 2 en Álava, han alcanzado un gran impacto mediático y social, lo que nos lleva a hacernos muchas preguntas como éstas: ¿Está creciendo el interés por nuestra historia?, ¿está la arqueología viviendo un nuevo boom?.
A la vista del interés cosechado por los últimos hallazgos, la respuesta evidente es sí, como afirma el arqueólogo alavés Miguel Loza en COPE, aunque recuerda que en su trabajo se avanza "muy despacio". “Somos un gremio de hormiguita”, afirma.
Fraudes sonados
Por eso le "duelen" especialmente los fraudes que, aveces, se producen en este campo. Los más recientes, las inscripciones supuestamente realizadas en euskera y que “aparecieron” en 2006 en el yacimiento romano de Iruña Veleia. Toda una falsificación orquestada tal y como dictaminó la justicia 14 años después.
Es el más sonado de los últimos años, pero no el único. En 1991, en la cueva de Zubialde, en las estribaciones del Gorbea, un estudiante de Historia dijo haber descubierto unas pinturas con 13.000 años de antigüedad, algo así como la “Altamira vasca”, que también se demostraron como falsas.
Evitar a los tramposos
Para evitar que los tramposos “cuelen” sus supuestos hallazgos a los arquólogos, Loza aconseja “prudencia” a los investigadores y “generosidad” para “compartir información con otros colegas y que sean estos quienes te digan si tus interpretaciones son correctas o no”.
“Puede haber también errores de interpretación”, señala Loza, pero eso es muy “diferente” a la voluntad de engañar o falsificar; “eso es otra cosa”, afirma.
“Si en el caso de Iruña Veleia se hubiera abierto la puerta a gente que sabe más, no habría ocurrido”, nos dice, porque “antes de sacar un decsubrimiento a la luz, hay que tenerlo todo bien confirmado”.