Los secretos de la Semana Santa en Navarra
Seguramente es Tudela, la capital de la Ribera, la ciudad que acoge los dos momentos más conocidos de la Semana Santa navarra
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Navarra no es una comunidad con una gran tradición de Semana Santa. A pesar de todo, sí existen algunos ritos y actos que se mantienen en el tiempo y suponen un cierto atractivo para quienes nos visitan en estas fechas.
Seguramente es Tudela, la capital de la Ribera, la ciudad que acoge los dos momentos más conocidos de la Semana Santa navarra.
El sábado Santo, el Volatín, un muñeco articulado de madera aparece en el balcón de la Casa del Reloj de la Plaza de los Fueros. Cuando el puro que porta le estalla en la boca, la figura es sometida a un frenético movimiento hasta que pierde sus vestimenta en un ceremonia sencilla y popular que recuerda la muerte desesperada de Judas Iscariote.
Al dia siguiente, Domingo de Resurrección, se celebra la Bajada del Angel, una ceremonia muy similar a la que tiene lugar en la localidad vallisoletana de Peñafiel. Un niño vestido de ángel y suspendido en una maroma, es deslizado para ir al encuentro de la imagen de la Virgen, cubierta por un velo negro signo de tristeza. El Ángel le retira el velo en señal de alegría por la resurrección de Cristo.
Tanto el Volatín como la Bajada del Angel fueron declaradas Fiestas de Interés Turístico Nacional.
Aunque con menos tradición, Andosilla celebra desde hace unos años el Viernes Santo, un Via Crucis viviente por sus calles. Se trata de la escenificación de la pasión de Cristo en la que participan unos 30 vecinos del pueblo. Destaca sobre todo el momento de la crucifixión que se representa con gran realismo.
Y si hablamos de procesiones, tenemos que referirnos, sin duda, a la de Corella. Esta localidad del sur de Navarra celebra la Semana Santa con muchos actos religiosos que culminan el Viernes Santo al mediodía con la escenificación en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, de la Función de las Siete Palabras. El altar, presidido por Cristo Crucificado, María Magdalena y San Juan, se convierte en el escenario de esta representación, en la que el coro, el sacerdote y la orquesta interpretan cada una de las últimas siete frases que pronunció Jesús antes de su muerte. Por la tarde, tiene lugar el desfile procesional por las calles del pueblo. Un desfile de pasos de estilo barroco del siglo XVIII que en 1967 fue declarado Procesión de interés turístico nacional. Distintas escenas de la Pasión de Cristo y diversos personajes bíblicos vuelven a la vida durante unas horas. De todas las escenas destaca el Encuentro de Cristo con Cireneo y la Verónica.
A pesar de que se trata de un acto al que acuden multitud de personas, llama la atención el silencio emotivo con que se sigue esta procesión.
Finalmente, y con un carácter más festivo, el Domingo de Resurrección la localidad de Valcarlos en la frontera entre Francia y Navarra, los “Bolantes” interpretan una de las danzas más llamativas y ancestrales de Navarra. Estos danzantes solo realizan este baile en ocasiones muy especiales. Sus trajes llaman la atención por su vistosidad y colorido, sus cascabeles y cintas que, adosadas a sus espaldas, vuelan al compás de los saltos. Lucen boina roja, alpargatas de esparto, camisa blanca y pantalón de algodón decorado con pasamanerías doradas, bisutería, y cintas rojas y amarillas. Los dantzaris bailan por la mañana en la plaza del pueblo y por la tarde en el frontón.