En 'El Espejo'
Álvaro Ramos: Fue a cambiar el mundo y le cambió la vida
Algo se le pasó por la cabeza a Álvaro cuando decidió irse de misión a Honduras. Nada volvería a ser igual.
Publicado el - Actualizado
1 min lectura
Ayer, el misionero Patricio Larrosa apuntaba en 'El Espejo' la historia de un joven madrileño, Álvaro Ramos, que llegó a Honduras como voluntario y ha sido ordenado sacerdote en la diócesis de Tegucigalpa.
Álvaro era un joven con recursos, al que le gustaba por encima de todo jugar al golf. Curiosamente, eso le puso en contacto con chavales que trabajaban como caddys, de los que se hizo amigo. Así conoció un Madrid que normalmente no habría podido conocer nunca. Conoció los pisos patera donde había 'camas calientes', colchones que compartían por turnos… Al salir de la universidad encontró un buen trabajo en un despacho de abogados, pero seguía quedando con sus amigos de siempre. Quería aprender más del mundo de los negocios para ayudar a resolver la pobreza, y buscaba alguna ONG en la que comprometerse.
Algunos viajes por América Latina le permitieron ver la pobreza más extrema, y eso cuestionó mucho su modo de vida. En medio de esa búsqueda llegó a la misión de Patricio Larrosa, nuestro invitado de ayer en 'El Espejo'. De aquel encuentro nació su decisión de dejar su trabajo en Madrid y asentarse en Honduras para emprender un negocio que ayudase a los chicos de la misión cuando acabaran de estudiar. Montó un call center, una residencia de estudiantes… pero no acababa de encontrar una solución al problema de la pobreza y seguía pensando qué hacer con su vida.
Poco a poco fue tomando forma su vocación misionera, aunque todavía se resistía a dejar sus seguridades. Escuchando el Evangelio se daba cuenta de que Dios le había estado acompañando y sosteniendo todos esos años. Álvaro vio que su vocación estaba ligada a Honduras, y allí fue donde se preparó para el sacerdocio. Recibió su ordenación el pasado 1 de mayo y, desde entonces, ha acompañado al padre Patricio en una misión que ayuda a 30.000 personas cada día, como nos contaba ayer en 'El Espejo'