Marian Rojas advierte sobre la señal inequívoca que te avisa de que tu pareja te está haciendo chantaje emocional: "Promete..."
La psiquiatra explica en Fin de Semana cómo identificar las señales de este chantaje tan habitual y dañino. Hijos, jefes, parejas, exparejas... nadie está libre y puede atacarnos desde cualquier frente.

Marian Rojas, en Fin de Semana
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Parece que somos muy libres, pero a menudo nuestra forma de actuar viene determinada por el deseo de que los otros nos vean de una determinada manera, nos acepten o nos quieran. Al fin y al cabo estamos deseosos de afecto y somos seres sociales.
Pero claro, esto puede hacernos víctimas del chantaje emocional. Hijos, jefes, parejas, exparejas... nadie está libre y puede atacarnos desde cualquier frente.
Este chantaje emocional "es una forma de manipulación que usa una serie de ingredientes: la culpa, el miedo o incluso la obligación para controlar a otra persona", señala en Fin de Semana la psiquiatra Marian Rojas.
tipos de chantajes
Pero chantajes hay muchos y es conveniente tenerlos bien identificados para poder hacerles frente. Marian Rojas enumera hasta cuatro:
- El castigador. "Si sales esta noche con tus amigas, ya no me vuelvas a llamar'. Es decir, amenazas con el castigo de la indiferencia si no se hace lo que uno quiere".
- También está el autocastigador. "Si me dejas, ¿qué va a ser de mí? No voy a poder vivir sin ti'. En este caso se genera culpa y miedo a través de la autodestrucción".
- El sufridor. "No te preocupes, no me hagas caso, no quedes conmigo, no me llames. Yo ya estoy acostumbrada a que nadie me quiera, no soy importante para nadie'. Eso hace que el otro se sienta fatal por intentar decidir desde la libertad. Y tú ya no sabes qué decisión tomar".
- Por último están los que "prometen la recompensa a cambio de sumisión".
la culpa y el miedo
Todos ellos tienen en común que emplean la culpa "para conseguir que el otro esté ahí, que te obedezca o una especie de gratitud, pero forzada".
No hay que olvidar que ante el chantaje lo que surge es el "miedo". "Miedo a que la otra persona haga algo, te deje de querer, te abandone, te juzgue, se haga daño, corte contigo...". Y ojo porque esa sensación en sí, "ya es una alerta".
El problema es que la línea que separa lo normal del chantaje, está un poco difuminada. "Hay veces que se ve clarísimo y otras en las que hay que pensar que la vida tiene un cierto chantaje, porque también nos movemos por la recompensa. A veces el chantaje es necesaria en microdosis para que reaccionemos".
cómo detectarlos
Una señal para detectarlos es ver si estamos "todo el día sintiéndonos culpables por no estar a la altura de lo que quieren los demás, sean amigos, padres, clientes o jefes".
No se trata de ir en contra de nadie, sino de ir a favor de uno mismo"
Psiquiatra
Otro síntoma muy típico es el de "evitar tomar decisiones para esquivar conflictos. Todo está decidido según el conflicto, con lo que ya no tomamos decisiones desde la libertad".
Ante esta situación, ¿qué hay que hacer? "Pues observar dónde estamos cediendo, si lo hacemos por miedo o por culpa y poner límites". La idea es pensar que "no se trata de ir en contra de nadie, sino de ir a favor de uno mismo'.
Sería decir, señala la psiquiatra "yo no estoy en contra de ti, pero por mi bien, por mi salud mental, por mi salud física, por mi desarrollo personal, necesito ir por aquí. No es que sea un 'no' porque quiero ir en contra de ti, sino porque yo me quiero desarrollar". Y siempre tratando de responder "desde la calma".
vértigo al abandono
Para Rojas siempre hay que tratar de "entender las razones de la persona que te está chantajeando". Probablemente haya un problema de base, un pánico al abandono, porque "el abandono para muchísima gente, sobre todo cuando hay una herida emocional, es un abismo".
El abandono es la "soledad, es no sentirte querido es esa frase que decía Goethe de que 'es mucho más importante en esta vida sentirse querido, sentirse apoyado, que sentirse fuerte", concluye la psiquiatra.