Un dermatólogo advierte sobre el 'no poo', la moda viral que invita a no lavarse el pelo con champú: "En la piel"

Llega el otoño y con él las nubes, la lluvia, el frío y la caída de las hojas de los árboles. Pero estos no son los únicos que pierden frondosidad, ya que seguro que te has dado cuenta de que se te están cayendo más pelos de lo habitual.

Se trata de un proceso que se supone normal del cabello, que puede verse intensificado en esta época del año. También en primavera, ya que tiene que ver con los cambios estacionales en la luz solar, entre otros elementos.

Además del testimonio de primera mano de Miriam, Alberto Herrera ha hablado con Julián Conejo Mir. Catedrático de Dermatología en el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla y Presidente de Honor de la Academia Española de Dermatología.

El termómetro de nuestro cuerpo

Para saber si el pelo se cae más en otoño o si es un mito, ha comenzado explicando que "igual que los huesos, igual que los tendones, los músculos... tiene queratina, que es una proteína especial. Bueno, pues es un termómetro. Es un termómetro que está conectado con nuestro cuerpo y a nosotros". 

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El pelo nos puede ayudar a detectar enfermedades en las personas. Para poder diferenciar entre una enfermedad del pelo o bien es algo que está influenciando en el pelo, pero que el pelo no tiene la culpa, utilizan un aparato llamado tricoscopio.

"Por ejemplo, hay personas que hacen planes para adelgazar tremendos. Estos que están ahora con estas cosas que adelgazan 20 kilos. ¿Cómo no se le va a caer el pelo? Porque pierden muchísimas proteínas. O por ejemplo el tiroides, o por ejemplo falta de hierro, o mujeres que tienen una menstruación muy abundante". 

Detectives del pelo

Para arreglar posibles problemas con el pelo, Julián Conejo comenta que lo primero es saber que "es algo que puede ser importante. Entonces, ¿el médico qué hace? Pues el médico hace una historia clínica, pregunta los datos que tienen relación. Somos como los detectives. Tenemos que investigar qué ha pasado previamente". 

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"Después exploramos al paciente, le hacemos una tricoscopia. Posteriormente, le hacemos una analítica. Habitualmente una persona que dice que tiene una caída muy acusada, pues le hacemos su analítica pertinente y nos da unos datos que uno no ve como no sea haciendo el análisis", continúa explicando. 

El último paso es el tratamiento. Comenta que "en los últimos 10 años ha habido una verdadera explosión de tratamientos muy específicos, que no lo puede usar cualquiera, desde luego, porque hay que saber controlarlo, pero francamente eficaces". 

¿De qué depende que me quede calvo o no?

Primero, habla sobre la causa de la alopecia androgenética, "que es la más frecuente, que es la que todo el mundo le teme, el quedarse calvo, tiene dos, como dice la propia palabra". 

Por una parte, la genética, "es una mutación que se hereda, que normalmente viene de la madre, cuidado, no del padre, porque este es un gen alterado que está unido al cromosoma X. Las mujeres son XX, nosotros somos XY, también tenemos X. Pero habitualmente es más de la familia materna que la paterna".

Por otro lado, es hormonal. Existe una hormona masculina, que ya intuían los árabes hace 1.200 años, pero que ahora han descubierto cómo bloquear el receptor, que se llama 5-alfa-reductasa, con una serie de sustancias. Es decir, "el cambio que ha sufrido el tratamiento de la alopecia ha sido bárbaro".

La tendencia del No-poo

Esta tendencia en redes sociales pretende evitar el uso del champú (no-shampoo). Un hombre que documenta su proceso de estar más de 400 días sin lavarse el pelo explica que "La mano sigue atravesando sin problema. El pelo se le ve nutrido, limpio, sedoso".

Frente a esto, el experto en dermatología comenta lo siguiente: "Si yo te digo a ti que no me lavo las manos desde hace año y medio, tú dirás que es un guarro. Eso no puede ser. Pues lo mismo digo yo del pelo, o sea, no es natural, porque en la piel tenemos secreciones, grasa, sudor, bacteria, ácaros, ya no digo parásitos".