Barbosa: "El dinero europeo depende de casi un milagro: hacer sostenible nuestro sistema de pensiones"
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¿Qué tal, buenos días? Saludos de Sergio Barbosa, en nombre de la gente que hace posible ‘Herrera en COPE’ en este martes 28 de junio de 2022.
Un día mayormente soleado y en el que, por cierto, queremos mandar mucho ánimo a los controladores aéreos del aeropuerto de Torrejón de Ardoz porque esas criaturas hoy se van a ganar el sueldo.
Y es que, sólo el que lo pasa sabe lo que es que tener que recibir, en muy corto espacio de tiempo, casi, casi uno detrás de otro, sabiendo que lo ideal es que no se choquen, a todos los aviones que traen a Madrid a las delegaciones de los más de 40 países que participan en la Cumbre de la OTAN.
Con toda la romería de miembros de seguridad y prensa acreditada y teniendo en cuenta, además, que hay delegaciones que traen más de un avión. De hecho, Estados Unidos trae hasta ocho aviones y un helicóptero, no vaya a ser que se queden cortos. Ya sabemos que los yankees lo hacen todo a lo grande y que, a veces, son un poco estrafalarios pero, vamos, ya les digo yo que Pedro Sánchez no les va a poner ninguna pega. De hecho, la consigna en Moncloa es: “a mi Joe, que no le falte de nada”.
Y es que, este, efectivamente, es el día en el que Joe Biden va a aterrizar en España para asistir, a partir de mañana, a la Cumbre de la OTAN. Ni que decir tiene que para Pedro Sánchez hoy es un día grande porque, en esta jornada previa a la cumbre, además de visitar al Rey y asistir a la cena de gala en el Palacio Real, Joe Biden, previamente, va visitar La Moncloa.
Y eso quiere decir que este 28 de junio será el día en el que Pedro Sánchez se quite una espina que lleva clavada desde hace más de un año: desde aquel 14 de junio de 2021, en el que tuvo que soportar bastante cachondeo, a cuenta del famoso paseíllo de 20 metros que se marcó en la sede central de la OTAN. Acuérdense: aquello de ponerse a caminar al paso de Biden, dándole conversación mientras el otro daba la sensación de estar buscando simplemente dónde estaban los servicios.
De hecho, dicen las malas lenguas que ese paseíllo fue una de las causas que hicieron que Sánchez prescindiera de Iván Redondo que muy en su estilo rimbombante-rococó se había encargado los días previos de calentar en la prensa el encuentro de Sánchez con Biden en aquella cumbre, como si aquello fuera a ser lo más grande del mundo mundial. Y todo para que luego se quedase, ya les digo, en un intercambio de palabras de apenas unos segundos en los que dio la sensación de que nuestro presidente mendigaba un poquito de atención.
Hoy no. Hoy Sánchez, como quien dice, por fin va a tener a Joe Biden para él solo, con recepción y foto incluida. Y lo cierto es que el presidente ha hecho todo lo posible últimamente para agradar a Biden. Entre otras cosas, mostrarse ahora como un firme defensor de la OTAN, de plantar cara a Rusia y, sobre todo, de facilitar que Marruecos se venga al lado de Occidente, en un momento en el que el norte de África ha cobrado importancia y Argelia parece estar en la órbita de Rusia.
Llevarse bien con Marruecos, para Estados Unidos suponía darles la razón en el asunto del Sáhara y tiene toda la pinta de que Pedro Sánchez, más allá del espionaje al que le pudiera someter Marruecos con Pegasus, ha querido plegarse a los designios de Washington. Ahora lo que toca ver es si España consigue algo a cambio de haber cedido en su posición tradicional sobre el Sáhara. Se habla de la posibilidad de que el nuevo concepto estratégico de la OTAN dé alguna garantía adicional, ni que sea de refilón, a la protección de Ceuta y Melilla.
Sin embargo, de momento, no parece que vaya a ser fácil. El secretario general de la Alianza ha venido a decir lo mismo que ya nos dijo ayer aquí la vicesecretaria general adjunta de Diplomacia Pública de la OTAN, Carmen Romero.
Desde la OTAN insisten en que, aunque técnicamente Ceuta y Melilla no estén bajo el paraguas geográfico de la OTAN, se da por hecho que habría interés en dar la cara por un país miembro. Pero, eso sí, todo pasaría por tomar una “decisión política”, que necesitaría del consenso del resto de aliados. Así las cosas, España va a presionar para que eso quede más claro y también para que la OTAN se involucre más en África, con el objetivo de contener los problemas que de allí pueden venir: terrorismo, hambrunas o inmigración ilegal.
A LA ESPERA DE QUE SÁNHCEZ MATICE SUS PALABRAS SOBRE EL SALTO A LA VALLE DE MELILLLA
Precisamente, del drama de la inmigración se ha seguido hablando en las últimas horas porque la polémica por la muerte de decenas de inmigrantes, tras el asalto a la valla de Melilla, continúa sin estar cerrada. Para empezar, porque el presidente del Gobierno todavía no ha salido públicamente a matizar la frialdad con la que habló el viernes y el sábado del asunto, por más que hayan querido hacer pasar unas declaraciones a La Vanguardia como una matización válida.
No basta con que el presidente diga que “lo lamentamos”, después de calificar un episodio que acabó con la muerte de 30 inmigrantes como un trabajo “bien resuelto”. Eso fue un error terrible, cuando menos de comunicación, (sino de enfoque). Y prueba de ello es el espectáculo que ha dado el Gobierno en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros en la que PSOE y Podemos pactaron que Irene Montero se mordiera la lengua para no opinar sobre el asunto.
Así que Isabel Rodríguez ejerció con la ministra de Igualdad como el marido patriarcal que le dice a la mujer que se esté callada, y que, de determinados asuntos, mejor que hable él y sólo él. Simplemente con preguntar, los compañeros de la prensa, le hicieron pasar un mal rato a Isabel Rodríguez. Y también a Irene Montero, que se le notaba que lleva por dentro el papelón de ser tratada como un florero delante de todos.
Fíjense, tenemos un Gobierno tan disfuncional para algunas cosas que al final ha llegado a esto: a ponerse de acuerdo en morderse la lengua en público, de tal manera que acaban dando vergüenza ajena. Aun así, por más que se le pongan un bozal a Montero, el PSOE no ha podido evitar que Podemos exija una comisión de investigación en el Congreso y que hasta siete formaciones pidan la comparecencia de Sánchez.
EL ASALTO DEL GOBIERNO A LAS INSTITUCIONES SE COBRA OTRA VÍCTIMA
Y, aún con todo, el espectáculo que dieron ayer en la rueda de prensa de Moncloa es casi lo de menos. Lo peor, lo que más polémica suscita es esa sensación de que el sanchismo ha decidido completar el asalto a las principales instituciones de este país y que, últimamente, ya lo está haciendo sin ningún tipo de reparo ni de pudor.
Lo último ha sido la dimisión del Instituto Nacional de Estadística, Rodríguez de Poo, que se ha ido cinco minutos antes de que lo echaran.
¿Por qué se marcha este hombre? Porque el Gobierno lo había puesto en la picota, después de que los datos del IPC y del PIB contradijeran el optimismo del ejecutivo en materia económica.
Claro, tú presentas unas previsiones de crecimiento estupendas y haces un análisis de los datos del paro, muy arrimado a lo que a ti te conviene y, de repente, coge el INE y te chasca el plan. Porque los datos del Producto Interior Bruto dan a entender que el vigor del crecimiento o la calidad del empleo están por debajo de lo que sostiene el ejecutivo.
Y acuérdense que, ya hace meses, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, llegó a anunciar que su ministerio se iba a sacar de la manga un índice alternativo, no oficial, al que iban a llamar “Índice Diario de Actividad”. Un Índice, a la medida del gobierno, para no tener que hacer caso a los datos del Producto Interior Bruto.
¿Qué el PIB se empecina en decir que la economía no crece todo lo que queremos? Pues nos dedicamos a desprestigiar al PIB como indicador. Primero pones en duda los datos que te contradicen y, luego, tal y como han denunciado los técnicos del INE, dejas durante un tiempo a ese organismo con muy pocos recursos para trabajar.
Eso, como decíamos hoy a las seis, es de primero de “Maquiavelo”. Si quieres asaltar un organismo, primero lo ahogas para que tenga que trabajar en precario y cuando todo está muy mal te inventas una profunda reforma, justificada en que con esto del Big Data y la economía digital pues que al INE hay que darle un lavado de cara. Y en ese lavado de cara, te quitas a los profesionales que te resulten molestos e introduces los nuevos parámetros y los nuevos indicadores que vengan a ser más amables para con tus previsiones.
Miren, lo que está pasando es de tal gravedad, que la Asociación de Estadísticos Superiores del Estado ha emitido un comunicado en el que alerta de que se puede estar poniendo en peligro el prestigio de la institución y recuerdan que es inédito que se fuerce el cambio de un presidente del INE a mitad de legislatura.
Pero es que tiene toda la pinta de que al INE le ha llegado la hora que ya le llegó al CIS, al CNI, al Tribunal de Cuentas, a la Fiscalía, a Radio Televisión Española o a Indra, la compañía cotizada, asaltada por el Gobierno, donde ayer dimitía otra consejera independiente. Hasta la Comisión Nacional de Mercado de Valores ha tenido que emitir un comunicado para calificar de “preocupante” el asalto del gobierno a esa empresa que, por cotizar en bolsa, debería mantener su autonomía.
EL INTERÉS DEL GOBIERNO POR EL PODER JUDICIAL
Pero es que los frentes abiertos por el Gobierno son casi infinitos. Porque ahí está también el asalto al Tribunal Constitucional, para colocar una mayoría progresista, que facilite una revisión amable de las leyes del aborto, la eutanasia o la educación.
De momento, los vocales conservadores del Poder Judicial han exigido a su presidente que el jueves aborde el asunto para exigir al Congreso que frene las maniobras del Gobierno. Maniobras que, como saben, pasan por permitir ahora que el Poder Judicial, al que maniataron sin poder hacer nombramientos estando en funciones ahora, a pesar de seguir en funciones, sí que pueda nombrar a dos magistrados del Constitucional porque, ahora sí, le conviene al gobierno.
Porque así el Gobierno también podrá nombrar a los dos jueces del Constitucional que corren de su cargo y con los que podría conseguir esa mayoría progresista que desea. Ni que decir tiene, que para los vocales esta maniobra es una maniobra escandalosamente arbitraria.
Y todo este sobeteo perverso de la Justicia a lo que lleva es a que el Partido Popular se niegue a desbloquear la renovación del Poder Judicial, por más que hasta el Tribunal Supremo mostrara ayer su preocupación por una situación que ha calificado de “insostenible”.
Sin embargo, visto lo visto, el líder del PP, Núñez Feijóo, no ve fácil poder llegar a una solución. Pues así estamos, el problema del sanchismo ya no es el daño que está haciendo si no el legado político que va a dejar. Es decir, aquí el peligro es que Sánchez haya conseguido que, a partir de ahora, se vea como normal que el que gobierne, sea del color que sea, considere normal colonizar de esta manera de todos los resortes del estado.
TRANSPORTE Y AUTÓNOMOS
En todo caso, miren, hoy también hay cosas buenas que contar. Por ejemplo, que el sector del transporte le ha dado un margen de confianza al Gobierno y, de momento, no convocan nuevos paros en el mundo del camión, cosa que van a agradecer los productores, las cadenas de distribución y los clientes, que ya nos veíamos otra vez a la caza del cartón de leche como estuvimos en marzo. Así que, de momento, ya les digo: los camioneros esperan que el gobierno cumpla su palabra y les den lo que piden.
Pues veremos si los transportistas consiguen arañar esas exigencias, en un plazo de 14 días, para tener un verano más o menos tranquilo.
Y ya saben, los que ya tienen preacuerdo son los autónomos. Parece que el Gobierno se aviene a bajar un poco las cuotas de los que menos ingresan, con tal de cerrar el acuerdo necesario para que Bruselas nos siga entregando los fondos europeos.De momento, la segunda entrega de 12 mil millones ya la hemos trincado, pero Bruselas ya advierte: el resto del dinero dependerá de que hagamos casi un milagro: hacer sostenible nuestro sistema de pensiones.