El doctor Mario Alonso Puig revela la razón por la que podemos llegar a tener “cuadros de ansiedad y depresión” tras las comidas de Navidad

En 'Reflexionando con Mario Alonso Puig', descubrimos por qué nos sentimos mal después de comer demasiado, no ya físicamente, sino también mentalmente

El doctor Mario Alonso Puig
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Escucha 'Reflexionando con Mario Alonso Puig' de este viernes 20 de diciembre

Beatriz CalvoRedacción Herrera en COPE

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En época de Navidades, son comunes las comidas copiosas y, además de sentir cierto ardor en el estómago, podemos terminar sintiéndonos mal también psicológicamente. Por eso, el doctor Mario Alonso Puig le explica a Alberto Herrera qué es lo que hay detrás de esto.

Empieza explicando que "la parte de los ardores es lo que se llama reflujo gastroesofágico". Esto significa que "se produce una alteración en el esfínter y empieza a subir ácido"

"La segunda parte es diferente", aclara Mario Alonso Puig, "el tubo digestivo es un segundo cerebro y está en permanente comunicación con el primer cerebro, que tenemos dentro de la cavidad craneana, y están intercambiando sustancias".

"Están intercambiando factores que tienen una influencia en nuestra personalidad, en nuestro estado de ánimo e incluso en el desarrollo de muchas enfermedades", explica.

¿Qué significa que es un "segundo cerebro"?

Para ganarse esta clasificación, "tiene que tener una capacidad de procesamiento especial. Y en el caso del tubo digestivo hay un procesamiento muy sofisticado, no sólo en lo que es el movimiento de los alimentos y la absorción, que es un proceso complicadísimo, sino en todo lo que tiene que ver, por ejemplo, con la regulación del sistema de defensa". 

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Este sistema de defensa depende fundamentalmente del tubo digestivo. La pregunta es por qué. Y la explicación es muy sencilla, pero nada obvia: "El tubo digestivo es la superficie más expuesta del cuerpo. Muchas personas pensarían que la superficie más expuesta es la piel. Bueno, la piel solo son dos metros cuadrados de exposición. Sin embargo, la superficie del tubo digestivo, si la abriéramos por completo, sería el equivalente a dos canchas de tenis unidas".

Un ejército dentro de nosotros

"La mayor parte de los venenos, productos tóxicos, agentes peligrosos que pueden entrar en el cuerpo, no entran a través de la piel, entran a través del tubo digestivo. Con lo cual, el 80% de nuestro ejército, del sistema inmune, está ahí", comenta el doctor. 

Sin embargo, ese sistema inmune tiene una debilidad y es que "puede sobreactuar. Y si sobreactúa, produce una inflamación en distintas partes del cuerpo, y entre ellas en el cerebro. Esta inflamación da lugar a cuadros de ansiedad y de depresión". 

Depresión

Depresión

Con qué entren 100 nanogramos, "ya se produce una reacción inflamatoria tremenda. Solo por 100, cuando lo normal en el tubo digestivo es que haya un millón". "Cuando si uno cuidara mejor a su tubo digestivo, muchos problemas de ansiedad y depresión se resolverían", comenta Mario Alonso Puig.

Puedes escuchar la sección completa en el audio del inicio de la noticia.

Herrera en COPE

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