Una psicóloga de Madrid revela cómo reaccionan realmente los niños con síndrome de Down cuando pasan de un colegio normal a uno especial

En el Día Mundial del Síndrome de Down, Expósito cuenta la historia de cómo una tarde en un chalet hace 40 años creó una idea que hoy ayuda a centenares de niños

Un niño con síndrome de Down durante la clase en un colegio
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Paco Delgado

Madrid - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Cada 21 de Marzo se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Down, pero en el colegio Cambrils de Madrid, un centro educativo especializado en personas con discapacidad intelectual y casi 40 años de historia, han empezado ya con los preparativos. 

Este 2025, y bajo el lema 'Merece la pena' , han puesto en marcha una serie de acciones y, una de ellas, tiene como reto conseguir involucrar a 5.000 personas. No obstante, como cuenta Expósito en La Linterna, la historia de este centro se remonta a hace 40 años y varias tardes en un chalet, así como tres familias con tres niños con síndrome de Down.

Una niña con síndrome de Down sonríe a cámara en el colegio

Alamy Stock Photo

Una niña con síndrome de Down sonríe a cámara en el colegio

Tres niños con síndrome de Down en 1983

En 1983, en el barrio de Mirasierra, al norte de Madrid, nace el centro educativo especializado Cambrils. Nacho Martin Blasco, su director, explica en La Linterna que empezó hace más de 40 años, cuando “tres familias con tres hijos síndrome de Down que iban a un chalé a hacer los deberes por la tarde”. “Estos chavales están escolarizados en educación ordinaria, en un colegio con chavales con discapacidad y se dan cuenta que, yendo a hacer los deberes por la tarde, aprenden más que en el colegio por la mañana”, añade Blasco.

Así, en el año 1986 decidieron poner Cambrils como un colegio de educación especial. Eso sí, en los últimos 40 años, la población con Síndrome de Down ha descendido un 88% en España. La educación de estos niños es la principal motivación del centro Cambrils, por eso este año han puesto en marcha la campaña “Merece la pena”.

Una niña pequeña aprende en un centro para alumnos con síndrome de Down

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Una niña pequeña aprende en un centro para alumnos con síndrome de Down

“Es una incapacidad que cada día existe menos, y nos hemos planteado el reto de que merece la pena, merece la pena nacer, merece la pena vivir, merece la pena trabajar, ser feliz, y merece la pena disfrutar de las personas con discapacidad por síndrome de Down”, añade el director del centro.

Una iniciativa de 10 euros

Los 10 euros que cuesta la pareja de calcetines desparejados se destinará al proyecto CREA que nace con el objetivo de apoyar a los colegios de la misma red educativa y convertirlos en referentes de la inclusión y atención a la diversidad.

Blasco explica que el centro nace como una referencia y apoyo a los centros ordinarios para asesorarles. “Nos hemos dado cuenta que, en el mundo de la discapacidad, muchas personas la niegan o la desconocen, porque realmente no saben cómo tienen que tratar o tratar a las personas con discapacidad”. Cambrils se creó a partir de la necesidad de defender la vida, los derechos y la inclusión de personas con Síndrome de Down. En este centro acogen a niños con edades desde los 3 años hasta los 22.

“Cada alumno aquí tiene una facción curricular donde se diseña, en función de sus capacidades, todos los aprendizajes de todas las asignaturas”, añade el director de Cabrils. “El profesor va realizando los libros y los materiales que necesita cada alumno, desde material muy palpable donde, a través del tacto, a través de los apoyos visuales, a través de los apoyos auditivos, puedan adquirir todo tipo de aprendizaje”.

Alumnos del centro Cambrils de Madrid

Alumnos del centro Cambrils de Madrid

Lucía González Puche, psicóloga del centro

Todos los profesores del centro están especializados en pedagogía terapéutica. El sistema de inclusión que emplean está enfocado a desarrollar las emociones y sentimientos de estos niños. Álvaro González, coordinador pedagógico del centro educativo Cambrils, aclara a Expósito que los niños “muchas veces rompen y lloran y te cuentan”. “En Cambrils, o en cualquier centro de educación especial, están con sus iguales y ellos lo ven y lo notan porque los gustos son parecidos”.

“Su capacidad mental pueden ser parejas también y muchas veces hablan o juegan, por ejemplo, a juegos que a ellos les gusta”. Es por ellos que la acción de los calcetines desparejados es una forma sencilla y visual de apoyar y promover la inclusión de las personas con Síndrome de Down.

Para los niños y niñas del colegio Cambrils, el 21 de marzo es un día muy especial. Lucía González Puche, psicóloga del centro, asegura que los alumnos “están muy contentos porque para ellos el día del síndrome de Down es muy importante” señala el coordinador. “Es el día como si fuera su cumpleaños, otros años se felicitan entre ellos. Llegan súper contentos al cole”. Al final, matiza, los niños “saben que todo es alrededor de su día especial y su día favorito del año”.

Cómo reaccionan al cambio de colegio

Ellos ven el mundo de otra manera, siempre de forma positiva, La realidad se les presenta mucho más directa, más clara y es así como la interpretan, pese a que antes de llegar a este tipo de centros especializados hayan sufrido situaciones de marginalidad o discriminación.

“Cuando llegan al cole, pues vienen de haber vivido situaciones en las que eran los diferentes o les había costado un poco más hacer amigos”, añade González Puche. Así, y de repente, se encuentran clases que tienen menos compañeros, que el profesor está aprendiendo y que se ven reflejados en ellos. “Entonces, en seguida, como ven cómo es el cole, están felices, disfrutan día a día de lo que se hace aquí”.

Cuando llegan al cole vienen de situaciones en las que eran los diferentes y les costaba hacer amigos"

Lucía González Puche

Psicóloga del centro Cambrils

El colegio Cambrils es un referente para estos niños y chavales con necesidades educativas especiales, mientras que los profesionales mantienen un vínculo estrecho con el alumno así impulsan su desarrollo personal y educativo.

“Ser capaces nosotros, los profesionales, de adaptarnos a todo lo que ellos necesitan. El final la clave de este cole es la personalización y la individualización a cada alumno”, explica la psicóloga en los micrófonos de COPE. “Nosotros llegamos, le conocemos y, partir de ahí, nos adaptamos a sus características, a sus necesidades para que ellos puedan seguir aprendiendo y puedan seguir desarrollando”.

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