El descubrimiento sobre los chimpancés que explicaría por qué consideran a los humanos “de su especie”

Seguro que muchísimas veces has escuchado eso de que “el hombre viene del mono”. Y si bien algo de razón puede haber en esta afirmación, ya que, evolutivamente hablando podemos parecer similares, hay muchos matices. 

Eso sí, no se puede quitar razón a eso de que, como seres humanos, tenemos muchas similitudes con los monos y los chimpancés. El comportamiento que tienen en sociedad, la crianza y el modo de moverse, se asemeja al nuestro.

Sin embargo, no todo está sabido por nosotros, y cada vez que ocurre algo que desconocíamos hasta el momento, nos pone en modo alerta y nos enseña muchas cosas nuevas que deben ser tenidas en cuenta.

Y esto es lo que ha pasado, precisamente, con un descubrimiento que han hecho recientemente en Japón. Resulta que los chimpancés también van juntos a orinar, así como lo oyes.

Una investigación con simios en cautividad en Japón descubre que, cuando uno orina, otros le siguen. Algo que los investigadores han llamado “micciones contagiosas”.

Un fenómeno que hasta ahora solo se había visto en este tipo de simios y en los humanos, pero ojo, que tiene implicaciones sociales.

Así, al menos, nos lo explicaba Jorge Alcalde, nuestro divulgador científico.

Por esta razón nos consideran de su especie

Que los chimpancés vayan a orinar juntos es un descubrimiento que, a simple vista, podría parecer hasta anecdótico, pero tiene más implicaciones sociales de las que podamos creer. 

“No tiene una respuesta clara, no sabíamos que incluso los chimpancés pudieran tener este comportamiento, no se había detectado ni en cautividad ni en libertad esta tendencia social” comenzaba explicando.

De hecho, decía, repercute en su comportamiento social. “No es que se pongan de acuerdo, lo que ocurre es que cuando uno inicia el acto, otros le van siguiendo y tiene una jerarquía social. Los que menor jerarquía, no hacen esta práctica, tiene un código social invisible que no conocemos” explicaba.

Por eso mismo, dice, es algo que debe seguir siendo estudiado. Una tendencia, decía, muy humana. “Es verdad que tendemos a sentirnos muy contagiados a la hora de orinar, te entran más ganas y puede que tenga que ver con el origen evolutivo del origen de los chimpancés, pero sigue siendo un misterio” aseguraba.

Es tanta la similitud con el ser humano, que los propios chimpancés creen que son de nuestra especie. “Nos parecemos mucho más de lo que creemos, ellos se consideran de nuestra especie”.

El control de los pensamientos, importante en el avance científico

Seguro que alguna vez has jugado al comecocos, al tetris, el pac-man, o has visto a alguien de tu entorno con una videoconsola. 

Los videojuegos tienen 20 millones de usuarios en España. Y más allá de ser un pasatiempo, también pueden tener aplicaciones científicas. Un equipo de investigadores internacional ha conseguido que una persona con parálisis cerebral pueda jugar una partida con el pensamiento.

Todo gracias a la implantación de un chip en el cerebro del paciente capaz de descodificar los movimientos de los dedos.

Una herramienta que puede ayudar a restablecer la comunicación y la movilidad a personas con lesión medular, ictus y ELA.

“Es complicado de poner en la práctica, unir mediante una serie de electrodos nuestro pensamiento con el órgano que queremos mover. Lo hacen en áreas específicas, son enviadas a un aparato externo, de manera que cuando piensa, este cursos envía la orden, es como nuestro cuerpo, pero en este caso, por fuera de él” empezaba explicando Jorge Alcalde.

Eso sí, dice que, de momento, es un mecanismo poco preciso. “Tiene la precisión suficiente para que puedan teclear letras sueltas y jugar, incluso un dron y lo haga volar. No permite hacer grandes movimientos, pero se está avanzando mucho en este terreno” decía.

Tanto que, para estos pacientes, es posible que cambie radicalmente el modo de comunicarse. “La primera capacidad de comunicarnos sería tecleando frases, son muy avanzados y que permiten una mejora considerable en la comunicación de estos pacientes pero todavía pueden mejorar. No quieren un movimiento mecánico, sino una intención de hacer y decir algo” expresaba.