"Estoy deseandito que vengan a callarme e intenten implantar la censura"

Sinceramente, y que no suene a macarrada o a chulería, lo justo, pero estoy deseando que vengan a callarme, que alguien llame y diga, oye, este no puede... Deseandito. 

Tres titulares de los últimos días. Uno, Moncloa impulsa el registro de medios que busca limitar su publicidad institucional. Ni que decir, tiene que esto lo va a hacer la CNMC, Comisión Nacional de Mercados sin la Competencia. Dos, Sánchez quiere crear una red de medios por si va a la oposición y si no, también, para no ir a la oposición, añado yo. Y tres, la guerra mediática de Sánchez. El presidente despliega desde la Moncloa una estrategia para hacerse con el control de Telefónica y Prisa. Telefónica ya lo tiene. Prisa, salvo que el armenio francés Oughourlian se resista, es cuestión de tiempo. Lo dicho, lo estoy deseando. 

Mi única duda es si, de un modo u otro, un Óscar, el otro Óscar, el primer presidente, o quien corresponda, conseguirán callarnos. Si conseguirán, vía anunciantes, vía presión, o vía lo que se les ocurra, él, Otegi, Puigdemont, el Junqueras o el Rufián de turno, Pablo Iglesias o lo que quede de Superyoli, si conseguirán que no hablemos más de Begoña, del hermanito, del fiscal y de Ábalos, José, ese hombre. 

Estoy deseandito que vengan a callarme e intenten implantar la censura. A mí esto, llámame loco, me suena a chavismo.