La lucha de Ahmed para limpiar su nombre tras pasar 15 años en la cárcel por una violación que no cometió

Pablo Muñoz, periodista de ABC experto en sucesos, relata en La Linterna el deseo de Ahmed de conseguir que la Justicia reconozca que se equivocó 30 años después de la condena

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La lucha de Ahmed para limpiar su nombre tras pasar 15 años en la cárcel por una violación que no cometió

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Ahmed Tommouhi es un marroquí de 72 años que lleva 30 luchando porque la Justicia reconozca que se equivocó con él, que no violó a dos chicas en edad escolar en Cornellá, un crimen por el que fue condenado en 1992 y que le llevó a pasar 15 años entre rejas. Salió de la cárcel hace ya bastantes años, pero no quiere morir sin tener esa sentencia absolutoria. A su favor, tiene dos pruebas contundentes: que la prueba de ADN lo exculpa -a pesar de lo cual fue condenado- y que la víctima reconoció años después que había mentido en su identificación. El miércoles el Tribunal Supremo decidirá sobre el caso de Ahmed, pero todo apunta a que por fin habrá justicia para él.

Pablo Muñoz, periodista de ABC experto en sucesos, cuenta en La Linterna lo que le sucedió a las chicas: “Se produce en otoño de 1991, cuando una ola de violaciones golpeó las provincias de Tarragona, Barcelona y Gerona. En noviembre, Ahmed, que era albañil de profesión, fue detenido en una pensión de Terrassa porque sus características físicas coincidían con las que habían visto las chicas. Varias víctimas, entre ellas Nuria, que entonces tenía 14 años, lo señalaron en una rueda de reconocimiento” llena de irregularidades policiales y desidia judicial. Y fue condenado. “Luego hubo otras dos condenas igualmente irregulares, hasta que cuatro años después detuvieron al verdadero violador, muy parecido a Tommouhi, y un análisis de ADN demostró su inocencia en una de las condenas. Lo que sucede es que la ley impidió entonces que aquella prueba de ADN tuviera efectos en las otras dos sentencias. Así que este hombre siguió en la cárcel nueve años más, hasta 2006. Y esas otras dos sentencias, cumplidas íntegramente, siguen aún hoy vigentes”.

¿Por qué no se tuvieron en cuenta los resultados de los análisis del ADN en las sentencias?

Los restos de ADN se encontraron en la ropa interior de la víctima, se compararon con la sangre del entonces acusado, Tommouhi, y el análisis reveló que el violador era otro hombre. Nuria, sin embargo, había señalado a Tommouhi y el tribunal que lo juzgó, presidido por la actual ministra de Defensa, Margarita Robles, lo condenó. Pablo Muñoz explica las razones de su condena: “Porque en su día, el tribunal sentenciador valoró solo un segundo informe en el que se hacía referencia al “análisis de sangre”, pero no atendió al primer informe sobre el ADN de la ropa interior de la víctima”.

Además de todo esto, la propia víctima dice que mintió en la rueda de reconocimiento: “Fue a finales de 2021, se lo reconoce a un compañero de El País al ver la historia de Ahmed en los medios de comunicación y la cara del verdadero violador, Antonio García Carbonell”. Primero se lo contó a dos amigas con las que había ido a la Costa Brava a pasar la noche de San Juan de hace dos años. Y luego decidió hacer algo por el hombre al que había hundido la vida, “así que llamó al periodista para contarle la historia y le reconoce que la identificación no fue tal y que había mentido. Hoy pide también que se anule esa sentencia”.

La historia de Ahmed Tommouhi

Ahmed tenía 40 años cuando llegó a España. Había dejado una casa a medio hacer en Nador, donde vivían entonces su mujer y sus tres hijos pequeños. Seis meses después, lo detuvieron y ya no salió de la cárcel hasta 15 años después. A pesar de todo lo que le ha pasado, nunca ha querido volver a Marruecos, a la espera de que la justicia española reconozca que se equivocó las tres veces que lo condenó por violación. “Además, este hombre tiene un comportamiento que es admirable”, destaca Pablo Muñoz. “Dice que no odia a nadie, y mucho menos a las chicas que le acusaron, porque ellas también han sufrido mucho. Eso sí, de la justicia no tiene tan buena opinión, porque cree que una cosa es un error y otra que dure 30 años. Por cierto, hay otra víctima en todo esto: el otro marroquí, al que también condenaron por las violaciones con él, y que conoció en la cárcel. Se llamaba Abderrazak Mounib y en la cárcel murió”.

Aunque parezca todo muy claro, el caso tardó años y años en resolverse: “En 1999 el fiscal jefe de Cataluña, José María Mena, solicitó el indulto para él y para su compañero, porque había muchas cosas raras. El fiscal tenía la “profunda convicción” de que ambos eran inocentes. La petición de medida de gracia pasó por las manos de cinco ministros de Justicia distintos, tanto del PP como del PSOE. Finalmente, en 2008, en la etapa de Mariano Fernández Bermejo, se denegó. Abderrazak Mounib murió en una celda y Ahmed Tommouhi cumplió íntegra su pena”, relata.

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