LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA

Mary Bell: con solo 11 años se convirtió en la asesina en serie más joven de la historia

Acabó primero con la vida de su vecino de 4 años y luego con la ayuda de una amiga, mató a un niño de solo 3 años

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Mary Bell: con solo 11 años se convirtió en la asesina en serie más joven de la historia

Redacción COPE Málaga

Málaga - Publicado el

6 min lectura

Faltaban unos días para que Mary Bell cumpliese once años. En vísperas de su cumpleaños, cualquier niña estaría soñando con globos y regalos, pero Mary Bell parecía distraída… parecía estar pensando en otra cosa… de hecho, estaba pensando en matar.

Su primera víctima fue su vecino Martin Brown, de solo cuatro años.

La escena fue simple y cruel. Mary Bell solo tuvo que empujar al niño que caminaba por la cornisa de un edificio abandonado. La caída provocó en Martin un severo traumatismo en el cráneo, pero no la muerte… la causa de su muerte fue aún más cruel. Agachada sobre el pequeño cuerpo del niño, Mary Bell rodeó su cuello con las manos y apretó hasta provocarle la asfixia.

Martin Brown fue encontrado poco antes de la media noche del 25 de mayo de 1968. Tenía el rostro lleno de sangre y saliva y estaba acompañado de un bote de pastillas. Mary Bell lo había planeado todo… haría creer que por el niño había fallecido por accidente al ingerir medicamento.

Dos meses tardaron Mary Bell y su compañera de crimen, Norma, de 13 años, en asesinar de nuevo. Esta vez, la víctima fue Brian, un niño de tres años que también fue asfixiado. Pero en esta ocasión Mary Bell fue aún más cruel y sanguinaria: decidió escribir, con una cuchilla de afeitar, la letra M en el vientre del pequeño. Con el mismo utensilio decidió sesgarle/cortarle los genitales.

A pesar de su corta edad, (solo once años) Mary Bell estranguló a sangre fría y sin ningún tipo de escrúpulos. Pero lo que más extrañaría posteriormente a los investigadores era su extrema morbosidad. Sin ningún tipo de remordimiento acudió a casa de una de sus víctimas… del pequeño Martin Brown. Cuando la madre le dijo entre lágrimas que su hijo había muerto, Mary Bell respondió: “Ya sé que está muerto. Quiero verlo en su ataúd”.

En tan sólo dos meses esta niña británica, Mary Bell, de solo once años fue capaz de cometer dos brutales asesinatos…mató a 2 niños de 3 y 4 años. ¿Cómo se puede tener el instinto de matar con aquella crueldad teniendo solo diez años?

ANTECEDENTES

Victoria Pascual Cortés, es autora del libro "Asesinas, por qué matan las mujeres?" y la hemos invitado a La Noche de Adolfo Arjona para desganar este expediente de la Crónica Negra.

Para intentar entender algo tendríamos que situarnos en su entorno familiar.

Mary Bell vivió una infancia dura y difícil en la que su madre, llamada Betty (una prostituta de 16 años) la sometía a violencia física y psicológica. 'Nació en una zona marginal y su madre fue expulsada de casa con tan solo 16 años por se ra adicta al alcohol y las drogas'.

Betty nunca quiso cuidar de su hija Mary Bell. Por eso la maltrataba incluso intentó llegar a asesinarla en varias ocasiones. En la primera ocasión la empujó contra una ventana lesionándola en la cabeza. En la segunda ocasión envenenó su comida, y la pequeña sufrió varias intoxicaciones e incluso estuvo en el hospital, pero finalmente sobrevivió. Si esto no fuera ya suficientemente grave, cuando Mary tiene 4 años, su madre decide empezar a ofrecerle a sus clientes un servicio de pederastia, protagonizado por su propia hija, en el que la niña les practica felación a los pederastas. Con 8 años considera que ya tiene edad suficiente para perder la virginidad y los servicios se amplían en la penetración de su hija.

El sentido común dice que si una persona está siendo maltratada buscaría la manera de escapar de su agresor, pero en demasiadas ocasiones comprobamos que eso no es así… No es tan fácil cuando la persona que te agrede es también tu madre. 'Había crecido sin ningún tipo de afecto y creciò albergando en su interior cada vez más ira y aprendiendo que este tipo de comportamiento era lo normal'

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ASESINATOS

En este contexto familiar tienen lugar los dos asesinatos… Mary Bell, con la complicidad de otra niña de 13 años llamada Norma, comete los asesinatos. 'Fueron víctimas de oportunidad, el entorno era faborable para los objetivos homicidas'.

Cuando detuvieron a ambas, Norma lloraba y se quebraba en múltiples ocasiones, mientras Mary Bell era muy fría y mostraba un carácter manipulador. Las dos se incriminaban mutuamente.

Una de las pruebas claves que permitió certificar la culpabilidad de Norma y Mary Bell fue las conversaciones con sus compañeros en las que presumían de haber matado a alguien. 'Se interrogaron a miles de niños al sospechar que se trataba de dos manos pequeñas'

El profesor de Mary Bell había encontrado entre las pertenencias escolares de la niña un dibujo en el que aparecía el cadáver de Brian con una particularidad, se encontraba representado el bote de pastillas y algunas píldoras por el suelo, dato que poca gente ajena a la investigación conocía.

JUICIO

Hubo un juicio en el que Norma, de 13 años, fue declarada "no culpable de matar a los dos niños". Toda la culpa cayó sobre Mary Bell.

Norma fue declarada "no culpable de matar a los dos niños" y Mary Bell fue acusada de homicidio y sentenciada a cadena perpetua. Sin embargo, sólo tenía once años y no podía ir a la cárcel, así que la ingresaron en un reformatorio. Doce años después, cuando ya contaba con veintitrés, le concedieron la libertad condicional y le dieron una nueva identidad.

Mary Bell no sólo hizo historia al convertirse en la asesina serial más joven de Gran Bretaña, sino que consiguió que se aprobase una ley solo para su caso.

En 1984, la Justicia le otorgó una orden judicial para mantener oculta su identidad. Pero no le sería fácil a llevar una vida normal.

Mary Bell se vio obligada a huir después de que varios periódicos sensacionalistas establecieran un campamento frente a su hogar. Harta de que su vida fuera retransmitida de principio a fin, el 21 de mayo de 2003 logró que en el Tribunal Supremo le reconociera su derecho a preservar su anonimato y el de su hija. Hoy, las órdenes judiciales que protegen la identidad de los convictos se llaman en Inglaterra “orden Mary Bell”. La Ley Mary Bell permite guardar la intimidad a aquellas personas que se vieron involucradas en procesos penales siendo menores de edad.

Con el paso de los años, Mary Bell llegó incluso a colaborar en la redacción de un libro titulado "Cries Unheard".Un libro que cuenta su propia historia.

'Es realmente divertido pensar que nadie, nadie en absoluto, me habló de una manera para hacerme sentir que lo que hice era real', escribió en uno de los fragmentos, sobre los años del juicio y la investigación. De acuerdo al texto, no fue hasta que tuvo un hijo que la mujer comenzó a reconocer el daño que había hecho. 'De repente me di cuenta de la enormidad absoluta de mi crimen, que de hecho me ha quitado la vida. No puedo soportar pensar en eso. También sé, en el fondo de mi corazón, que no podría hacer algo tan horrible a propósito. No recuerdo exactamente qué pasó'.

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