Pilar Cisneros: "Lo dramático de jugar en política es que se juega es con el futuro de los ciudadanos"
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No se si sabes que hoy 29 de agosto es el día del gamer, ¿Y que es un gamer? Se llama así a un jugador de videojuego, que en muchos casos son auténticos profesionales que acuden a concursos multitudinarios en los que se juega no solo el prestigio de ser el campeón sino también premios de cuantías muy importantes.
Y sí, hay un día del gamer, hay un día para todo, que nos sirve a todos para recordar cual es nuestro videojuego favorito o el primer videojuego de nuestra vida y nos sirve también para alertar de los excesos de los videojuegos.
Hemos sabido que 7 de los 10 juegos más prohibidos por los padres y madres españoles coinciden con los preferidos por sus hijos y es que el 80% de los videojuegos que mas gustan a los menores españoles contiene algún tipo de violencia. Otro dato a tener en cuenta: Casi el 20% de los gamer españoles tiene menos de 14 años. El Fortnite es el videojuego al que más tiempo juegan los menores españoles con 99 minutos de media
Datos para la reflexión y también para la vigilancia por parte de los padres. No se trata de no jugar puesto que es innegable la importancia como entretenimiento para nuestros jóvenes y también mayores. Otra cosa es controlar el nivel de violencia y la capacidad adictiva de estos juegos. Con todo, los gamer que más me preocupan son los que están convirtiendo la política en un juego de estrategia.
Hoy tenemos tres gamer políticos de primer orden. Boris Johnson que ha puesto en jaque al reino Unido con una suspensión del parlamento pensada para vetar la capacidad de maniobra de la oposición para intentar un brexit con acuerdo.
Otro gamer de campeonato es Mateo Salvini que decidió tensar la cuerda al máximo este verano con el tema de la inmigración para provocar un adelanto electoral en Italia y celebrar unas elecciones que creía que iba a ganar de calle. Resultado “game over” el que se va a quedar fuera del gobierno va a ser él tras la alianza del movimiento cinco estrellas y el partido democrático.
Y el gamer patrio. El nuestro, Pedro Sánchez que lleva jugando con el fuego de la investidura con una estrategia de acorralar a Podemos y si no, se acaba la partida y nuevas elecciones.
Lo divertido de cualquier juego es que unas veces se gana y otras se pierde. Lo dramático de jugar en política es que con lo que se juega es con el futuro de los ciudadanos. Y cuidado con las estrategias porque cualquier paso en falso te lleva directamente al GAME OVER, FINAL DEL PARTIDO.