Un equipo de la UNED logra alcanzar el final del Túnel de la Atlántida en Lanzarote

El objetivo es conocer la evolución geológica de la isla

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Un equipo de la UNED logra alcanzar el final del Túnel de la Atlántida en Lanzarote

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El equipo de La Tarde se ha sumergido en el túnel de la Atlántida, que es la parte del tubo volcánico de La Corona, al Norte de la isla de Lanzarote. Un equipo compuesto por cinco expertos que han logrado por tercera vez en la historia llegar hasta el final de él, lo que les ha permitido recoger muestras para estudiar cómo ha sido el proceso geológico de este túnel, que se formó hace unos 20.000 años. La expedición ha sido posible gracias al Programa Explora, impulsado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

Al frente del equipo ha estado Javier Lario, catedrático de Geodinámica de la UNED, que ha explicado las dificultades de llegar hasta el final de la “Atlántida”, ya que es necesario utilizar mucho material para garantizar la seguridad a esas profundidades: “Son 1.600 metros de desarrollo y 62 de profundidad.” 

Lario ha detallado que se trata de la primera expedición dentro de un proyecto ambicioso que tiene como objetivo estudiar la evolución y los cambios del nivel del mar que se han producido desde hace 20.000 años en Lanzarote: “El tubo volcánico se formó cuando el nivel del mar estaba mucho más bajo, unos cien metros por debajo del actual, en el periodo glaciar. De esta manera, los depósitos que podemos encontrar dentro del túnel nos darán pistas para conocer la evolución del tubo y de la isla en general.

El catedrático de Geodinámica ha añadido que La Corona consta de una gran galería semicircular, por la que en tiempos pasados circulaba la lava, y una vez que dicha lava dejó de salir del volcán, se habilitó un hueco donde fue entrando el agua con la subida del nivel del mar: “En cualquier caso, no existe una conexión directa con el mar que permita al hombre su acceso . No obstante, es un ecosistema especial por la fauna existente, que se ha adaptado perfectamente al medio subterráneo sin luz. Se han descubierto un total de 36 especies en la zona.”

A día de hoy, el volcán permanece inactivo, a diferencia de la zona sur de la isla, donde el conjunto de volcanes genera mayor actividad. En cualquier caso, habría que remontarse hasta el año 1.800 para presenciar su última irrupción. De cara al futuro, el catedrático ha avanzado que tienen previsto realizar otras dos o tres expediciones más, para continuar con el proceso de recogida de muestras, y estudiar así los depósitos geológicos, aunque para ello ya no será necesario llegar al final del túnel. En unos meses, los expertos esperan obtener los primeros datos sobre la reconstrucción geológica.

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