En 'La Tarde'

Los finales de televisión que dejaron huella

Acaba Operación Triunfo y la gala de hoy tendrá su rinconcito en nuestro corazón junto a los finales de la primera edición, del primer Gran Hermano o de los Serrano

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Los finales de televisión que dejaron huella

Javier Martínez

Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Sí, es posible que tú también estés llorando. Y si aún no has empezado, espera a esta noche, espera. A ver quién aguanta sin soltar una lagrimita. Los finales, las despedidas, sobre todo de las cosas buenas, tocan siempre nuestra fibra sensible. Alfred, Amaia, Aitana, Ana Guerra y Miriam seguirán sus caminos, unos más juntos, otros más separados, pero ya nunca como compañeros en la academia.

Decir adiós siempre es difícil, y para los millones de personas que se congregarán este noche frente a la tele, la noche de hoy quedará en el recuerdo. Porque hay finales que se cuelan en nuestra memoria y protagonistas que forman parte también de nuestra vida. En 'La Tarde' hemos repasado algunos de estos finales históricos de la televisión en España. Alerta, porque todo el artículo es un enorme spoiler.

Fueron 13 millones de personas las que en el año 2002 compartieron la experiencia de ver a Rosa López ganar la primera edición de Operación Triunfo, en un instante que tuvo su puntito de emoción, porque Carlos Lozano se tomó su tiempo para dejar que fuera Rosana la que finalmente desvelara el nombre de la campeona.

Vale, si todavía no has empezado a llorar, no te preocupes. La nostalgia es un veneno lento, pero seguro. Si Operación Triunfo supuso el clímax de la historia de los realities en España fue porque el año anterior otro concurso había plantado la semilla. Una casa en Guadalix de la Sierra, 14 concursantes, Mercedes Milá, el 'super', un confesionario...seguro que te va sonando. La primera edición de Gran Hermano batió récords de audiencia y su final en julio de 2000 sentó a más de 9 millones de personas frente al televisor. El ganador fue el gaditano Ismael Beiro.

Para los lectores con más experiencia, quizás otro final tenga más peso en su memoria. La de la primera versión del mítico Un, dos, tres...responda otra vez, que se emitió entre 1972 y 1978 presentado por el peruano Kiko Ledgard. El programa volvió a lanzar varias veces, en los 80, 90 y 2000, pero nunca como aquella primera versión. Por cierto, todavía nadie lo ha relanzado en esta década de los 2010...

Pero si hay algo que nos toca la fibra son las series de nuestra infancia. Cuántas tardes hemos pasado viendo a Oliver y Benji corriendo detrás del balón por un campo inacabable o haciendo acrobacias increíbles para lograr un gol de chilena o una parada antológica. Hemos sufrido cada vez que el corazón de Julian Ross amenazaba con pararse, y hemos animado con más o menos sentimiento de culpa a Mark Lenders y el resto de malotes del Toho. Lo que quizás no sabes, sobre todo porque nunca se emitió en España, es cómo acabó la mítica CampeonesO cómo querían que acabara, porque la leyenda urbana dice que este final fue retirado por la cantidad de traumas que creó entre los que lo vieron. Cuando estaba a punto de comenzar el partido entre las selecciones de Japón y Brasil, Oliver Atom se despierta en la cama del hospital. Vuelve a ser un niño y le dice a su mamá que ha logrado su sueño de ser futbolista. Al ampliar el plano podemos ver que no tiene piernas, porque se las había amputado un camión.

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Otra de las series que nos llegó desde Japón en los años 80, Marco, tiene un final mucho más edificante. Después de muchos años, viajes y peripecias, el niño y su mono logran por fin su objetivo en la vida: reencontrarse con su mamá. La pobre estaba con un pie en la tumba, pero ver a su niño y sobre todo a Amedio la recupera milagrosamente.

Y si Marco acababa bien, Heidi lo hacía aún mejor. La pequeña niña lograba ir a la escuela. Su amiga Clara abandona la silla de ruedas y comienza a caminar sola. Pedro se convierte en uno de los mejores pastorcillos del pueblo y todos juntos se reencuentran en primavera.

Pero también en España tenemos finales de televisión para el recuerdo. Si has seguido las series de los últimos años, seguro que hay uno que te viene a la cabeza por encima de todos los demás: El final de Los Serrano. La serie de Telecinco, que contaba la historia de Antonio Resines y Belén Rueda y la peculiar familia que acababan de formar terminaba con un giro de guion que ni El Sexto Sentido.

Diego Serrano, el personaje de Resines, intenta acabar con su vida. Salta desde un puente y en la secuencia siguiente...Aparece en la cama junto a su mujer, Lucía. Al principio piensa que ha muerto, y está en el cielo. Pero después se da cuenta de que toda la serie ha sido un sueño...y que está en la mañana siguiente a su noche de bodas. Un final inesperado, sin duda.

Y si en Los Serrano convierten la tragedia en alegría...en Los Hombres de Paco convirtieron la alegría de una boda en la mayor tragedia. La mitad de los personajes mueren en un tiroteo en la ceremonia y los que no, sostienen sus cadáveres en brazos. Eso sí, cantando.

Si hay un final de las series de televisión internacionales que tiene al público dividido es el de Perdidos. La serie norteamericana reunió una legión de fans que se juntaron para disfrutar de la emisión simultánea mundial del último capítulo. Hasta en 59 países se emitió este desenlace, que en España muchos disfrutaron en plena madrugada. Disfrutaron o sufrieron, porque para muchos supuso también una decepción. Que cada uno lo interprete como quiera.

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