La verdadera historia de la Iglesia
José Luis Restán reflexiona sobre la situación del cristianismo en algunas regiones de la India
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La historia real de la Iglesia no suele pasar por los rumores y chascarrillos de determinados blogs sino por la vida cotidiana de gentes para las que su fe es el tesoro y la brújula de sus vidas, que nunca aparecerán en los grandes flujos de información. Hoy me detengo en un rincón de la diócesis de Cuttack-Bhubaneswar, en el Estado indio de Orissa, donde cinco mil cristianos han participado en la inauguración de un santuario dedicado a la Virgen de Fátima en la misma zona en que se refugiaron durante la gran persecución provocada por los fundamentalistas hindúes en 2008, que se saldó con más de 100 muertos y 50.000 desplazados. La aldea católica de Sugadabadi, donde está enclavado el nuevo santuario, está formada por 120 familias que todavía llevan grabado en la memoria el drama que vivieron hace 15 años, cuando la región fue pasto de las llamas y miles de cristianos buscaron refugio en la selva para evitar ser asesinados. Aquel dolor no ha disminuido la fe de estas personas sencillas que durante la fiesta de Nuestra Señora de Fátima han cantado y danzado ataviadas con sus guirnaldas ropajes tradicionales llenos de color.
Durante estos años, la diócesis de Cuttack-Bhubaneswar ha visto crecer el número de vocaciones sacerdotales y religiosas, y los jóvenes cristianos han asumido una conciencia nueva sobre su misión en una India pujante, volcánica y llena de contradicciones, que lucha para convertirse en tercera potencia mundial. Saben que la calma actual puede ser engañosa y precaria, pero no están determinados por el temor sino por su fe. Son conscientes de que no hay contradicción entre su condición de cristianos y su pertenencia a la India, y quieren ser protagonistas de su historia. Pero si llegara el caso, volverían a hacer frente a la persecución, como hace 15 años. La historia de la Iglesia pasó el sábado por un lugar difícil de pronunciar, llamado Sugadabadi.