"¿Por qué Pedro se inventa el año Franco? Pues porque no tiene presupuestos"

El comunicador desgrana la actualidad de este miércoles 8 de enero

- 3 MIN

Es la una, las doce en Canarias.

Qué tal, bienvenido a este miércoles de intenso aroma a naftalina, este 8 de enero de 2025 que trae el olor rancio de 1975. 

Por eso recurrimos a esta sintonía que solo los mayores del lugar reconocerán: es la sintonía del NO-DO, el informativo franquista que los que nacimos en 1982, como yo, pues solo hemos oído en documentales. 

Dice Antonio Banderas que tiene la sensación de que en 1985 Franco llevaba más tiempo muerto que ahora, y lleva mucha razón. Pero el culpable de esa resurrección artificiosa y nada inocente de la figura del dictador es el PSOE, primero a través de Zapatero y ahora con Sánchez llevando la necrofilia franquista al paroxismo.

¿Por qué Pedro se inventa el año Franco? Pues porque no tiene presupuestos, las encuestas dicen que se hunde, ha perdido la mayoría parlamentaria y está cercado por escándalos de corrupción. Necesita atraer la atención de la izquierda desmovilizada agitando el espantajo del dictador, con la ayuda de las televisiones del régimen pedrista, que ya están emitiendo imágenes de Franco a todas horas. 

¿Y por qué elige este 2025, que solo recuerda el medio siglo de una flebitis, y no se espera a 2028, que es la verdadera efeméride en que celebraremos los 50 años de la democracia constitucional? Pues porque igual no llega a 2028 y sobre todo porque lo que le interesa no es celebrar el abrazo entre diferentes, que eso fue la Constitución del 78, sino llamar facha a la oposición si no se suma a este carnaval de actos.

¿Y por qué se rodea de todos sus ministros en el aquelarre ridículo de esta mañana? Pues porque se sabe débil y quiere aparentar lo contrario, así que exige que todos cierren filas con él. Los ministros en España han cambiado de función: ya no se dedican al interés general sino que son usados o bien como niñeras de Pedro, para masajear su ego dolorido, o bien como peones electorales de su estrategia frentista.

Pero la obsesión de Pedro con Franco quizá tiene raíces psicológicas más profundas. Ya dijo él que pasaría a la historia por mover sus huesos de sitio. Yo siempre he pensado que sacó el cadáver del dictador de Cuelgamuros no por rencor sino por envidia. Pedro ha laminado la democracia interna en el PSOE, que ya solo es un movimiento caudillista. 

Y le gustaría poder gobernar España como gobierna el PSOE: sin contrapesos, sin prensa crítica, sin jueces independientes. O sea, como aquel general muerto hace 50 años. La autocracia es muy atractiva para un talante político como el de Pedro. Ya tiene hasta su Vale de los Caídos particular: Susana, Lobato, Espadas, Tudanca... y los que quedan.

En fin, yo tiendo a pensar que esta mascarada de antifranquistas en diferido no va a funcionar. Ni vamos a dejar de hablar del fiscal general ni de Ábalos ni de Begoña ni de Puigdemont y su cuestión de confianza. De hecho lo que me preocupa es que tenga un efecto contraproducente: que la saturación de actos contra el fantasma de

Franco lleve a muchos españoles -sobre todo a los más jóvenes, que no la vivieron- a reivindicar la dictadura con tal de diferenciarse de la turra de Sánchez. Si la derecha o una facción de la derecha cayeran en esa estúpida tentación, entonces el Gobierno sonreiría satisfecho. Porque entonces la farsa del Año Franco habría cumplido su objetivo: caricaturizar a la derecha como heredera del franquismo y no justamente como protagonista de la Transición a la democracia.

Programas

Último boletín

18:00H | 08 ENE 2025 | BOLETÍN