COPE te trae nuevas claves del caso del asesino de la baraja, 20 años después: "Igual se dio un descanso"

Entre el 24 de enero de 2003 y el 20 de marzo de 2003, seis personas perdieron la vida a manos de un asesino en serie que sembró el pánico en Madrid. La prensa le bautizó como el asesino de la baraja por dejar un naipe junto a sus víctimas, elegidas al azar. Alfredo Galán Sotillo lleva 20 años en la cárcel por los crímenes que cometió. En cinco años saldrá. COPE responde varias preguntas sobre él en '161 días de 2003: la búsqueda del Asesino de la Baraja', un reportaje original de ABSIDE Media. Silvia Martínez y Álvaro García relatan esta historia, analizan su informe y resuelven dudas sobre el asesino.

De profesión militar, había estado en Bosnia, de donde regresó junto a su unidad para abordar la crisis del 'Prestige'. En 2003 causó baja en el Ejército después de ser sorprendido robando un coche. Le diagnosticaron de neurosis y ansiedad, a pesar de que la sentencia judicial por sus crímenes no reconoce que sufra ningún tipo de patología psiquiátrica. Mataba por la espalda y a quemarropa. Quería simplemente, según sus propias palabras, experimentar la sensación de quitar la vida a un ser humano. Desde que empezó a matar hasta que se entregó en una comisaría de Puertollano, Ciudad Real, pasaron 161 días.

Los asesinatos y los intentos de homicidio

Su primer asesinato fue el portero del edificio número 89 de la calle Alonso Cano. Estaba dando de comer a su hijo de dos años, que presenció todo lo que pasó: le obligó a ponerse de rodillas y disparó. Sonia Ledesma relata en COPE que no es capaz de pasar por la calle donde mataron a su padre. La segunda víctima fue un joven de 28 años en el entorno de Barajas, donde trabajaba como guardia de seguridad. El mismo día llegaron otras dos muertes que por suerte no fueron tres: en un bar de Alcalá de Henares disparó a la propietaria, que se salvó, a su hijo y una clienta.

Tardaría un mes en volver a actuar, cuando disparó a quemarropa en la cara a un joven. No pudo hacerlo con su novia, ya que el arma se encasquilló. Por suerte, ambos se salvaron. 11 días más tarde sació su sed de sangre en Arganda del Rey atacando a otra pareja: él murió en el acto y ella dos días después. No se sabría nada más de él hasta la tarde del 3 de julio de 2003, cuando confesó sus crímenes. El jefe de la investigación, el inspector de la Policía Nacional, Aurelio de la Fuente, habla por primera vez en un medio de comunicación sobre este caso en '161 días de 2003: la búsqueda del Asesino de la Baraja'.

La investigación

Esa confesión no fue el final, ya que se retractaría de sus palabras. El asesino de la baraja renegó de los crímenes y aseguró que un neonazi le había obligado a confesar amenazando con matar a sus hermanas. Sin embargo, las pruebas apuntaban hacia él. Fue hallado un casquillo de bala y la ropa que llevaba durante los crímenes. Además, varios supervivientes le identificaron. Sobre todo esto también hablan en el programa el psiquiatra forense del caso, el responsable de la Guardia Civil, la abogada de Alfredo Galán o la defensa de las víctimas.

En '161 días de 2003: la búsqueda del Asesino de la Baraja' también conocemos qué ha pasado con los supervivientes 20 años después, aunque uno de los asuntos troncales es el hecho de que en cinco años estará en la calle. Fue condenado a 140 años y tres meses de prisión por la Audiencia Provincial de Madrid, pero no cumplirá más de 25 en la cárcel de Herrera de la Mancha, un centro penitenciario de alta seguridad, límite que establece la ley española para la permanencia de un reo en la cárcel. ¿Está preparado para vivir en sociedad? En el programa encontrarás un análisis en profundidad de su informe psicológico.