El falso mito de la Resistencia francesa contra la ocupación de los nazis en París

En el 80 aniversario de la entrada de los nazis en la capital gala desmentimos el rol idílico atribuido a la Resistencia Francesa

El falso mito de la Resistencia francesa contra la ocupación de los nazis en París

Jaime Cervera

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Este domingo se cumplen 80 años de la entrada de los nazis en París, uno de los grandes hitos de la Segunda Guerra Mundial y que marcó uno de los picos del poderío de Hitler en Europa.

Y es que el avance del Ejército alemán había sido prácticamente irrefrenable desde el inicio de la guerra. Tras la invasión de Polonia en septiembre de 1939 y el relativamente tranquilo invierno que le siguió, Hitler puso de nuevo en marcha su maquinaria de guerra invadiendo Dinamarca, Noruega, Luxemburgo, Bélgica, los Países Bajos y Francia.

Los franceses estaban convencidos de la inexpugnabilidad de la línea Maginot, una serie de fortificaciones en la frontera con Alemania que esperaban les librase de la guerra relámpago (blitzkrieg) desatada por Hitler. Sin embargo, la Wehrmacht avanzó por las Ardenas superando rápidamente la línea defensiva. Una vez que las divisiones mecanizadas nazis se hubieron acomodado en Bélgica, el citado país no tardó en caer y el Ejército francés, junto con la Fuerza Expedicionaria Británica, se quedó solo frente a los alemanes.

El milagro de Dunkerque y la capitulación de Francia

En menos de veinte días, las tropas de Hitler empujaron a franceses y británicos hacia el mar gracias a la superioridad de sus divisiones panzer y a la falta de coordinación entre los Aliados. Estos quedaron acorralados en Dunkerque, donde los británicos no tuvieron más remedio que evacuar a sus tropas —Churchill estaba ya pensando en una posible invasión de las Islas— en el denominado ‘milagro de Dunkerque’.

Con los británicos fuera de juego, los nazis pusieron en marcha la siguiente fase de su campaña. A principios de junio, superaron a las divisiones francesas en las líneas de los ríos Somme y Aisne y en menos de diez días se plantaron en París.

Lo cierto es que la combatividad gala durante aquella última etapa dejó mucho que desear. El historiador británico Antony Beevor, en su libro 'La Segunda Guerra Mundial', recoge el testimonio de un soldado alemán que dejó escrito que “los franceses se habían pasado dos días sentados en los bares de determinado pueblo esperando que los hiciéramos prisioneros. Así es cómo era Francia, cómo era la tan cacareada ‘Grand Nation’”.

El resultado de todo aquello —con la firma definitiva del armisticio entre Francia y Alemania el 22 de junio— fue la partición del país galo en dos mitades, el norte ocupado por los nazis y el sur liderado por un gobierno títere encabezado por el mariscal Pétain, la Francia de Vichy. Por otra parte, Charles de Gaulle lideraba la resistencia con sus discursos radiofónicos emitidos desde Londres.

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El mito de la Resistencia Francesa

No obstante, la famosa Resistencia Francesa durante la ocupación nazi no fue mucho más ardorosa que la resistencia de su Ejército en el avance alemán hacia París. Así lo evidencian los papeles desclasificados por el Ejecutivo galo hace unos pocos años y que señalan a la policía francesa como en gran parte cooperante con los invasores. Como botón de muestra, el jefe de policía de la ciudad, René Bousquet, fue definido por Heinrich Himmler como “un valioso colaborador”.

Además, aunque la deportación de judíos fue menor en Francia que en otros países de Europa, se estima que unos 70.000 fueron llevados a campos de concentración nazis.

En realidad, el rol idealizado que por tantas décadas se ha atribuido a la Resistencia Francesa se asocia más con el último año de la guerra, cuando los estadounidenses ya habían desembarcado en Normandía.

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