Pérez-Reverte recupera su 'lección' de historia tras las últimas amenazas a las estatuas de Colón

Si lo que está pasando en EE.UU. con las estatuas de Colón, se hubiese producido en España con estatuas, por ejemplo, de Lincoln, el embajador de España ya hubiese sido llamado a consulta por el Gobierno americano y Trump hubiese creado un conflicto internacional de dimensiones mayúsculas.

Sin embargo, nuestro actual Gobierno de PSOE y Podemos, tan dado al populismo, no sólo no ha defendido el importantísimo papel del descubridor español en la historia universal, sino que, además, para más inri y vergüenza, ha interiorizado de manera bochornosa el discurso americano y ya está planteando hacer lo mismo en España.

La excusa en esta ocasión para atacar las estatuas de Cristóbal Colón ha sido el asesinato de George Floyd y las protestas racistas que esta ha provocado no sólo en EE.UU. si no en numerosos países de todo el mundo. Una protestas que han sido utilizadas por grupos de extrema izquierda para, amparadas en ellas, realizar ataques como los que han perpetrado contra las estatuas de Colón.

Pero esta no es la primera vez que en Estados Unidos van contra la figura de este descubridor. Ya en 2018, fue retirada una estatua de éste que había en Los Ángeles pues, según su concejal Mitch O'Farrell “sus actos contribuyeron al mayor genocidio jamás registrado”, al tiempo que aseguró que “su imagen no se tiene que celebrar en ninguna parte".

Este hecho no pasó desapercibido en aquel momento para el periodista y escritor español Arturo Pérez-Reverte, quien dio una auténtica lección de historia al concejal americano. Lección de historia, con muy pocas palabras, que ha recuperado ahora que está tan de actualidad de nuevo el asunto, por lo que comenta que “hay tuiteos sin fecha de caducidad”.

Perez-Reverte señala que esas afirmaciones las realizaba “un concejal descendiente de los O'Farrell y otros anglosajones que apenas dejaron en Norteamérica indio vivo ni familia criolla, y que cuando (mucho más tarde) construyeron allí catedrales o universidades lo hicieron sólo para ellos”.

El escritor recordaba así la brutal conquista de Norteamérica por parte de países como Inglaterra o Irlanda, de donde proviene el apellido O'Farrel, que prácticamente arrasaron con la población nativa, así como a la posterior segregación racial de la población negra que tuvo lugar años después, y que tantos problemas de racismo ha creado y sigue creando hoy en día en américa.

Plantearse revisar la historia de hace varios siglos, desde el punto de vista de la sociedad actual, es una auténtica barbaridad, además de una completa injusticia. La historia no se puede reescribir, sólo aprender de ella y, antes de acusar a otros países de algo, conocer tu propia historia, como ya en su momento en aquel tuit le recordaron a O'Farrel.

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