Sánchez confía a Félix Bolaños el desafío de la amnistía

Pedro Sánchez afronta el más difícil todavía con un refuerzo de su núcleo duro y ha colocado en el centro del tablero el Ministerio de Justicia. La elección al frente de uno de sus puntales, Félix Bolaños, conservando además Presidencia, disipa cualquier duda.

A él le corresponde ahora afrontar una judicatura en pie de guerra. La Ley de Amnistía augura una larga batalla en múltiples terrenos, para empezar el Legislativo, pero una vez sea aprobada por las Cortes, la pelota pasará al tejado de los tribunales. El flancojurídico será capital, dentro y fuera de España, al elevarse la medida de gracia ante instancias europeas. Otro frente más.

A pesar del pretendido blindaje de la concesión a los independentistas, la cuestión prejudicial ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea paralizaría la aplicación hasta que se resuelva. Esa futurible acción es ya la más preocupante intramuros de La Moncloa, dispuesta a desplegar toda su presión en Bruselas ante la envergadura del obstáculo en ciernes.

La elección de Bolaños tiene otra viga maestra y es su interlocución privilegiada con ERC. En primera línea, ha sido uno de los negociadores con los separatistas. Suyo fue además el encargo de hacer una defensa del registro en el Congreso de la proposición de ley orgánica de amnistía “para la normalización institucional, política y social de Cataluña” presentada en solitario por el PSOE.

En manos del biministro queda además la falta de renovación el Consejo General del Poder Judicial desde hace 5 años. Las salidas son escasas, pero podría activarse alguna fórmula. El mismo acuerdo de coalición sellado entre PSOE y Sumar aboga por “el cumplimiento de la Constitución en lo referente a la renovación de órganos constitucionales, especialmente el CGPJ, impidiendo que la deslealtad constitucional de algunos actores políticos afecte al prestigio y a la salud de las instituciones públicas”.

El epígrafe amaga al menos por recuperar la proposición de ley que los socialistas junto a UP idearon para rebajar las mayorías necesarias para nombrar al órgano de gobierno de los jueces. El plan descarriló entonces ante el rechazo de la Comisión Europea porque dañaba la pluralidad del Consejo General del Poder Judicial.

De lo que nadie en el PSOE duda es que Félix Bolaños se convierte en un gran protagonista del Gabinete y, desde luego, puede quemarse con rapidez ante las materias entre manos. Quería conservar Presidencia, el corazón del poder, para tomar las riendas de Justicia y ha logrado mantener ambas responsabilidades. Sánchez encumbra al “hombre de partido” que le ha sido leal desde los inicios de su recorrido como secretario general del PSOE en 2014.