El Consejo de Seguridad de la ONU ultima una condena al ataque de Hafter contra un centro de inmigrantes

El Consejo de Seguridad de la ONU trata de ultimar este miércoles en una reunión de urgencia un texto consensuado de condena del bombardeo lanzado anoche contra un centro de detención de inmigrantes en Trípoli que causó 44 muertos.

Según fuentes diplomáticas, el presidente del Consejo de Seguridad, el peruano Gustavo Meza-Cuadra, trabaja para emitir una declaración de condena, si bien aún no se ha llegado a un acuerdo definitivo sobre el texto.

Meza-Cuadra convocó la reunión de emergencia, en la que algunos miembros han apoyado la iniciativa de llevar a cabo una investigación para dirimir quiénes fueron los responsables del ataque.

El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió a puerta cerrada para discutir el desarrollo de la situación en Libia después de que la alta comisionada de la organización para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, condenase el ataque al denunciar que puede constituir "un crimen de guerra".

"Este ataque, según las circunstancias precisas en las que se ha producido, puede constituir un crimen de guerra", dijo Bachelet en un comunicado emitido desde su oficina en Ginebra, una idea que fue secundada también por el enviado especial de la ONU para Libia, Ghassan Salame.

En el centro de detención de Tajura había 600 migrantes y refugiados, entre ellos mujeres y niños, por lo que se prevé que el número de víctimas aumente considerablemente, dado que también hay docenas de heridos.

El bombardeo, supuestamente perpetrado por las tropas del mariscal Jalifa Hafter, ocurrió durante la noche del martes sobre el centro de detención de la localidad de Tajura, al sur de Trípoli.

Libia está inmersa en un largo conflicto desde que la OTAN contribuyera en 2011 a que grupos rebeldes triunfaran cuando terminó la dictadura de más de 40 años de Muamar al Gadafi.

Actualmente, luchan por el control del país dos bandos: uno encabezado por el presidente y primer ministro Fayez al Serraj, apoyado por la ONU y la Unión Europea, que controla Trípoli y algunas zonas del oeste, y otro por el mariscal Hafter, que domina el resto del país y casi todos los recursos petroleros.