Apartar a Trapero

Continúa la segunda parte del juicio del procés sobre la actuación de los Mossos el 1-O con la declaración de Pérez de los Cobos y el número 2 de Trapero

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Patricia Rosety, jefa de Tribunales de COPE

Publicado el - Actualizado

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Que no había ninguna química entre el Mayor de los Mossos, José Luis Trapero, y el coordinador policial del 1-O, el coronel de la Guardia Civil, Diego Pérez de los Cobos, es un hecho. Público y notorio. A Trapero no le gustó el nombramiento desde el primer momento, no quería recibir órdenes de otro cuerpo. Pero la función de Pérez de los Cobos era coordinar, no dar órdenes, que las daba el Fiscal Superior de Cataluña. Pero si hubiese tenido mando no tiene la menor duda de que habría apartado a Trapero porque “sólo ponía palos en la rueda”. Problemas y pegas para todo. Su actitud nunca fue de pedir ayuda, según el coordinador policial.

En el juicio se demuestra que había desconfianza. Por las dos partes. Trapero dejó de ir a las reuniones para no entrar en confrontación con Pérez de los Cobos y le dejó el encargo a su número 2, el comisario Ferrán López. Un “desaire” para el coronel de la Guardia Civil, pero era más cómodo para todos. Las relaciones eran complicadas, pero Pérez de los Cobos pretendía “ir de la mano de los Mossos y no romper la baraja”, aunque sabía que la polícía autonómica no iba a poner ”toda la carne en el asador”. Le preocupaba la voluntad de los Mossos, si iban a cumplir las resoluciones de la Justicia. Ferrán López se lo aseguró, que no tuviera ninguna duda de la actuación de los Mossos. Pérez de los Cobos reconoce ahora que se equivocó.

Y si hubo plan o no lo hubo para detener a Puigdemont es algo que tendrá que dilucidar el tribunal que juzga a la cúpula de los Mossos d'Esquadra. No hay ningún papel que lo certifique. Trapero dice que se lo ordenó al comisario Ferrán López por correo electrónico, y Ferrán López, que lo corrobora, dice que esos planes, por confidencialidad, no se hacen por escrito. Lo sabían un grupo reducido de mandos y el método era lo de menos. Tenían que estar preparados por si lo pedía el juez.

El coordinador policial del 1-O tuvo conocimiento de ese plan cuando Trapero lo contó en el Tribunal Supremo, el pasado mes de marzo, cuando declaró como testigo. Duda de ese plan. Le llamó la atención que el Mayor de los Mossos no dijese nada cuando Pérez de lo Cobos dijo a Puigdemont que desconvocase el referéndum ilegal si tanto le preocupaba la convivencia ciudadana. El coronel de la Guardia Civil situó a Trapero en connivencia con Puigdemont y con los argumentos de la consulta ilegal. Cree que si Trapero hubiese dado un ultimátum se podría haber parado el 1-O.

De forma suave, pero a capa y espada, Ferrán López defendió y justificó la actuación de los Mossos y la de Trapero. Se alejó del independentismo. Actuaron con la conciencia de estar cumpliendo la ley, aunque lamenta no haber podido cumplir todas las peticiones de la Guardia Civil. Aseguró que nunca dieron pautas clandestinas a nadie.Y es más, dijo que Trapero advirtió de las consecuencias individuales si no se cumplían las órdenes. Ni Trapero ni ningún mando mostraron nunca ninguna simpatía por el proceso independentista. No era un tema que interesase, dijo. Y ellos vivían bajo el desamparo gubernativo. Dependían de un gobierno que actuaba fuera de la ley.

Trapero se arrepiente de su actitud frente a Pérez de los Cobos, según explicó Ferrán López. No volvería a repetirlo. Como también se arrepiente de no haber dado a conocer sus discepancias con Puigdemont. Y puede que, de cara al juicio, no poder presentar ese plan de detención por escrito.

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