Botellazos, pedradas y muerte: La dura lucha contra el contrabando y el narcotráfico en el campo de Gibraltar

La muerte de un conocido narco, Alfredo Morodo en aguas de Gibraltar ha vuelto a poner el foco en esta zona donde el tráfico de drogas y de tabaco forma parte del día a día. Barrios como San Bernardo, Los Junquillos o la Atunara están en calma tensa ante la muerte de uno de los suyos que Gibraltar y España califican de accidente.

De hecho el gobierno del Peñón y también la Guardia Civil mantienen abiertas sendas investigaciones para tratar de aclarar lo que ocurrió en la noche del lunes al martes pasado. El Peñón sostiene que una patrullera de Aduanas estaba vigilando hasta nueve pequeñas embarcaciones sospechosas de traficar con tabaco cuando chocó con la de Alfredo. Éste cayó al mar y aunque un agente se habría tirado a rescatarlo nada pudo hacer por su vida. La familia de Alfredo va más allá y llega a poner sobre la mesa los dudosos métodos de la policía gibraltareña en su lucha contra los contrabandistas. Gibraltar, por su parte, sostiene que las embarcaciones que trafican con tabaco entre el Peñón y La Línea a menudo lo hacen sin luces y a gran velocidad para evitar ser cazados y eso, claro, conlleva sus riesgos.

La tercera investigación ahora mismo en curso la lleva la policía nacional y ha sido abierta a raíz de los incidentes registrados en el barrio de San Bernardo -de donde procedía este narco fallecido- tras conocer su muerte. Botellazos, pedradas... así la emprendieron sus vecinos contra los agentes de la policía. Nos cuentan que la tensión es latente siempre en estos barrios y que lo que pasó esa noche 'fue una explosión de rabia contenida' en una zona en la que el 70% de los menores de 30 años están en el paro y claro, son el caldo de cultivo perfecto para las mafias. Se estima que en este barrio y en los otros de La Línea donde el traficante es el que manda operan unas 40 'collas' o bandas de narcos locales.

EL REPUNTE DEL CONTRABANDO DE TABACO

¿Lo hay o no? Sí es cierto que la presión policial durante el último año y medio ha provocado, por un lado, que el tráfico de hachís desde Marruecos se haya desplazado a otros puntos de Huelva, Sevilla o el Guadalquivir. Y a la vez que el narco tire más del tráfico de tabaco, actividad ilícita que, como nos cuentan 'siempre ha estado ahí'. Es el primer paso del traficante que después suele dar el salto al hachís y de ahí a la cocaína al estilo de los narcos gallegos y lo que más beneficios les reporta.

El contrabando de tabaco es menos lucrativo, da menos dinero, pero tiene una ventaja: si el traficante es pillado no necesariamente va a prisión. Muchas veces el pillaje acaba en una multa que paga y tras la cual vuelve de nuevo a su actividad ilegal.

En el último año la policía ha intervenido en La Línea más de un millón de euros en tabaco de contrabando. De media se incautan 55 mil cajetillas al mes. De los once estancos que llegó a tener la localidad de La Línea ahora solo quedan tres. Y es que se calcula que la mitad del tabaco que se consume en toda la provincia de Cádiz es ilegal.