En el corazón de la Puerta de Alcalá, descubriendo su historia, su belleza y un fantasma

Durante unos meses y aprovechando el proceso de restauración al que va a ser sometida, la Puerta de Alcalá, Patrimonio Mundial, se podrá ver como nunca antes se ha visto

En el corazón de la Puerta de Alcalá, descubriendo su historia, su belleza y un fantasma

Ana L. Quiroga

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

La niebla difuminaba la silueta de las casas aquel el 4 de diciembre de 1808, cuando Napoleón, entraba en Madrid, después de haberla bombardeado de manera inmisericorde durante varios días.

La Puerta de Alcalá, conserva la huella de algunos de los disparos realizados por los soldados franceses que terminaron construyendo una auténtica fortaleza en el vecino Parque del Retiro, justamente donde hoy se levanta la estatua del Ángel Caído y que llegó a albergar a más de 2.000 soldados, con 189 cañones, cientos de barriles de pólvora y 20.000 fusiles, tal como descubrió el Duque de Wellington cuando, el 12 de agosto de 1812, entró en Madrid, contribuyendo de manera decisiva a expulsarlos de allí.

Foto cedida por el Ayuntamiento de Madrid

Foto cedida por el Ayuntamiento de Madrid

Napoleón, los 100.000 hijos de San Luis y nuestra propia guerra civil, dejaron su huella, triste y desgarradora huella, marcada en las piedras de este monumento, pero esas heridas en la piedra son solo una pequeña parte de la historia que refleja esa Puerta de Alcalá que, cada día nos muestra dos caras diferentes.

Cuenta la historia que Carlos III, quiso que una de las cinco puertas de Madrid, la que daba entrada y salida hacia Alcalá de Henares, se convirtiera en un monumento singularmente bello que dejara fascinados a quienes la cruzaran.

Ventura Rodríguez llegó a presentar hasta cinco proyectos que no colmaron las aspiraciones del rey que, sin embargo, quedó epatado ante los dos que le presentó Francesco Sabatini; tanto le gustaron, que no supo decidirse por ninguno de los dos, así que, Sabatini, para curarse en salud y no decepcionar al rey, decidió darle dos caras a la puerta, cada una de ellas, se corresponde con cada uno de los dos proyectos que habían entusiasmado a Carlos III y que convirtieron a la Puerta de Alcalá en ejemplo imitado por otros países.

Por tener, tiene incluso su propio fantasma, el de Vicente Ramón Richart, cabeza visible de lo que se conoce como "Conspiración del triángulo". Según la historia, el 27 de abril de 1816, fue ajusticiado en la Plaza Mayor, acusado de "traición al rey" y su cabeza fue colgada en la Puerta de Alcalá, para disuadir a otros que pretendieran conspirar contra el monarca.

Foto cedida por el Ayuntamiento de Madrid

Foto cedida por el Ayuntamiento de Madrid

A partir de ahí, la leyenda popular dice que, en primavera, cuando la niebla se adueña del centro de Madrid, colgada del arco central, se puede ver la silueta de una cabeza, la cabeza del conspirador y que, mezclados con el sonido del viento que mueve las ramas de los árboles del Retiro, se escuchan unos desgarradores lamentos atribuidos al ajusticiado.

Volviendo a la realidad, ahora, durante unos meses y aprovechando el proceso de restauración al que va a ser sometida, la Puerta de Alcalá, Patrimonio Mundial, se puede ver como nunca antes se ha visto, podemos adentrarnos en su corazón y encontrarnos cara a cara con cada una de sus figuras, a unos centímetros de distancia, casi pudiendo tocar cada una de sus piedras hasta ahora inaccesibles y a través de ellas, sentir todo el peso de la historia que guarda y la leyenda que encierra este monumento fascinante.

Para visitarla así, hay que inscribirse en la Dirección de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid, a través del correo electrónico reservaspatrimonio@reservaspatrimonio.es.

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