El milagro de una ballena que salvó a una bióloga de ser devorada por un tiburón tigre

Ocurrió al lado de las islas Cook, en el Pacífico Sur, donde la bióloga experimentó cómo una ballena la custodió incluso hasta salir a la superficie 

El milagro de una ballena que salvó a una bióloga de ser devorada por un tiburón tigre

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Hay momentos que marcan nuestras vidas y, sin duda, este ha sido uno de ellos para la bióloga marina Nan Hauser, quien pudo experimentar en sus propias carnes como uno de los cetáceos con los que trabaja le salvó de ser devorada por un tiburón. Ahora su historia ha saltado a las redes y se ha hecho realmente conocida en YouTube. No sabemos cuánto durará esto, pero de lo que sí somos conscientes es que el idilio entre Hauser y las ballenas quedará de por vida. 

Todo ocurrió al lado de las islas Cook, en el Pacífico Sur, en octubre de 2018 concretamente,cuando la bióloga iba con un equipo de rodaje que grabaría su interacción con las ballenas jorobadas con la que trabaja. Sin embargo, lo que ocurrió después fue completamente insperado. La ballena con la que trataba nadó hacia ella y la empujó con su boca y quijada tratando de avisarla de algo. Hasta el punto de que llegó a esconderla debajo de su aleta pectoral. “Traté de alejarme una y otra vez, pero no me dejaba. Eventualmente, me sacó del agua con su aleta. Seguía poniendo su ojo junto a mí y no podía descifrar qué era lo que intentaba decirme”, explicabó Hauser. 

En total, este momento se prolongó durante 10 minutos en los que Hauser no sabía qué estaba ocurriendo y empezó a pensar que la ballena quería atacarla y que sería devorada. Se puso muy nerviosa, sus pulsaciones se aceleraron: “Creí que el equipo de filmación iba a terminar grabando mi muerte. Uno solo de sus ‘coletazos’ y la presión rompería mis huesos". Sin embargo, resultó que la ballena no pretendía hacerle daño, sino protegerla de un tiburón tigre y no quería que se acercase a él. Incluso llegó a avisar a otra ballena jorobada para que las ayudara. Entonces, otro ejemplar a metros de distancia golpeó repetidas veces el agua con su aleta para emitir un sonido que sirvió de alerta para de avisar que el tiburón tigre se les estaba acercando.

Ver esta publicación en Instagram We have had a hectic past couple of days with film crews and whales coming out of our ears! After no whales for a week, they started showing up a few days ago and we had 16 in the last two days alone! The whales came to the party and made sure the team from @young_ocean_explorers got amazing footage for their episode on the Cook Islands humpback whales. Can't wait to see what their team comes up with! @rileyhath @depth.nz #CookIslandsWhaleResearch #NanHauser #Humpbackwhales #Humpback #whales #breach #research #awareness #education #conservation #PacificOcean #Ocean #MaraeMoana #KeepItBlu #wildlife #CookIslands #Rarotonga #sea #boat #Cetaceans #marinemammals Una publicación compartida de Nan Hauser (@nanhauser) el 21 Jul, 2015 a las 7:04 PDT

“Desvié mi atención de la ballena y vi algo que nadaba muy rápido cerca de nosotros mientras movía su aleta caudal de un lado a otro”, precisó Hauser, entendiendo que se trataba de una estrategia para disuadir al depredador que los perseguía.

Después de esto, salió a la superficie mientras la ballena le seguía de cerca para controlar que había salido sana y salva. "Me llevé las manos a la cara y comencé a llorar", explica Hauser después del suceso que le ha motivado a seguir con más fuerza aún en su labor con estos cetáceos. 

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