CORRIDA DE LA HISPANIDAD

La mano izquierda de Ginés Marín revienta Las Ventas

El diestro Ginés Marín sale a hombros en Madrid tras cortar dos orejas a un buen toro de Alcurrucén. Genial actuación de Morante al primero, al que cortó una oreja.

Ginés Marín en su salida a hombros en Las Ventas este Día de la Hispanidad

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Los que iban a ver a Morante y se fueron tras la lidia del cuarto toro se lo perdieron. Ginés Marín, con esa mano izquierda que posee de tantos quilates, volvió a descerrajar la Puerta Grande de Las Ventas. Y de nuevo con Alcurrucén. Con un toro mansito en los primeros tercios pero que tuvo después, en la muleta, un pitón izquierdo de ensueño. Se iba hasta el final, humillado, con una clase descomunal. Y al natural lo bordó Ginés. Roto, templado, profundo, con esos pases ya tan característicos en él enganchando muy adelante la embestida y despidiéndolo en naturales que morían en auténticos redondos por la longitud que tenían. Madrid entregada. A derechas lo intentó también, pero la embestida del burel era más corta. Volvió a la zurda, entre las dos rayas, a pies juntos. Y de nuevo el delirio por el ajuste y la hondura de los naturales. Se volcó sobre el morillo. Dicen que cayó un dedo desprendida. Pero las dos orejas cayeron con la justicia de quien, a la chita callando, ha firmado una gran temporada. Ginés Marín se marchaba a hombros de Las Ventas el Día de la Hispanidad para afrontar un 2022 más que ilusionante si mantiene el nivel y hay hueco para él en carteles importantes.

Antes, en su primero, Ginés y Morante rivalizaron en un vibrante tercio de quites. Alta tensión en el ruedo. Acarició el sevillano la dulce embestida del ‘alcurrucén’ en un portentoso quite por chicuelinas. Intentó responder por la misma suerte Ginés y a punto estuvo de ser arrollado. Volvió a la cara para terminar el quite con arrojo y gracia. Después el toro tuvo calidad y ritmo pero escaso fuelle y Ginés no terminó de cogerle el pulso a la embestida. Lo mejor, el perfecto volapié con el que tumbó al animal.

Pronto se descorchó el alborozo morantista. En la primera verónica que le sopló al de Alcurrucén. Inmaculado el concepto, eterno el trazo del lance. El resto tuvieron el mismo eco pero distinta resolución. El toro, agarradito al piso en los primeros compases de la lidia y con esa forma tan peculiar de salir suelto de los ‘Núñez’ de este hierro. Volvió por el mismo palo en el quite Morante, que llevó después al toro con un vistoso galleo muy jaleado. Respondió Lopez Simón, capote a la espalda y con susto al quedarse al descubierto en la tercera gaonera. El inicio de faena tuvo una intensidad brutal. Los ayudados por alto barrían el lomo del toro, que respondía con encastada codicia. Majestuosas fueron después las primeras tandas. En redondo la primera y al natural después. Ajustado el embroque, con ese empaque innato de Morante. Cayó en un bache la faena cuando el toro aminoró revoluciones. Pero inteligente, el de La Puebla redujo distancias y sopló una tanda al natural sobresaliente. Mando, ritmo y composición con Madrid jaleando todo. Y la estocada, un punto desprendida, pero con mucha muerte. La oreja, de peso y justa.

Poderoso natural de Morante de la Puebla al primer toro de Alcurrucén

Poderoso natural de Morante de la Puebla al primer toro de Alcurrucén

La cruz y la desilusión llegó con el manso cuarto. No rompió nunca el toro hacia adelante. Salió suelto en varas y cuando Morante le presentó la muleta allí no había dónde rascar. Lo pasaportó con brevedad.

Se protestó sin sentido al primero del lote de López Simón. La causa, su mansedumbre. Las cosas del ‘nuevo Madrid’. Después el toro se llevó por delante al torero madrileño en la apertura de faena en los medios. Tremendo el porrazo del que salió Alberto en KO técnico. Se recompuso como pudo y plantó cara a la exigencia del toro con un valor seco. Otra cuestión fue cómo salieron los muletazos. Pero todo lo suplía la entrega del torero. Después se empeñó en alargar la faena y la intensidad se fue difuminando. Pero una estocada en todo lo alto desató una petición de oreja que no llegó a mayoritaria.

El quinto lucía dos perchas por delante y unas hechuras perfectas detrás de ellas. Estuvo espeso con él López Simón en una labor encimista e insulsa que coronó de forma habilidosa con la espada.

Madrid, martes 12 de octubre de 2021. Corrida de la Hispanidad. Lleno de ‘No hay billetes’ sobre el aforo permitido.

Toros de Alcurrucén, bien presentados, en tipo y con buenas hechuras. Conjunto de juego desigual. Encastado hasta que le duró la correa el primero. Con buen ritmo aunque escaso fuelle el tercero. Y con un gran pitón izquierdo el sexto, ovacionado en el arrastre. El resto, de menos prestaciones.

Morante de la Puebla, oreja y silencio.

López Simón, saludos tras petición y palmas.

Ginés Marín, saludos y dos orejas.

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