Un innovador servicio de portería contará las entradas y salidas de las abejas de la colmena

Las abejas, esenciales para el equilibrio de los ecosistemas y la producción de alimentos, cumplen un rol crucial en la polinización de cultivos y plantas silvestres. Su impacto va más allá: de ellas obtenemos productos como la miel, la cera o el polen, que benefician tanto al medio ambiente como a la sociedad. Sin embargo, estas aliadas enfrentan desafíos cada vez mayores debido a la degradación del medio ambiente, los cambios climáticos y otros factores que afectan su supervivencia.

Conscientes de esta realidad, apicultores y científicos trabajan de la mano para garantizar la preservación de las abejas. Los apicultores, muchas veces recorriendo caminos intransitables, dedican largas horas a verificar el estado de las colmenas. A ellos se suman equipos de investigación como el de la Universidad de Córdoba (UCO), que busca innovar para facilitar la labor de los apicultores y comprender mejor a estos insectos clave. Hemos hablado con el investigador principal, José Manuel Flores. 

Un sistema inteligente para monitorizar colmenas

Un destacado proyecto de la UCO ha desarrollado un dispositivo capaz de monitorizar la actividad de las abejas mediante el conteo de entradas y salidas en las colmenas. Este sistema, descrito como un "portero inteligente", permite analizar aspectos como la salud de las abejas, los cambios ambientales y las dinámicas poblacionales dentro de las colmenas. Flores, investigador del Departamento de Zoología, explica que esta tecnología ofrece información crucial:

Alta actividad (muchas entradas y salidas): indica colmenas fuertes, con abejas sanas y recolectando alimento.

Disminución de actividad: podría ser señal de problemas, como enfermedades o condiciones adversas.

Pérdidas de abejas: si salen muchas y regresan pocas, podría haber contaminación o depredadores en el entorno.

Ausencia de actividad: sugiere cambios ambientales, como la falta de flores.

Innovación tecnológica aplicada a las abejas

El sistema incluye un dispositivo instalado en la entrada de la colmena, compuesto por veinte túneles con sensores infrarrojos que detectan el paso de las abejas. Un LED emite luz, y un fotodiodo registra los pulsos eléctricos generados cuando las abejas cruzan el haz de luz. El cerebro del sistema es una FPGA (Field Programmable Gate Array), un circuito avanzado que procesa simultáneamente las señales de todos los túneles, determinando la dirección y el número de abejas que entran o salen.

Además, cada túnel puede realizar autodiagnósticos para detectar obstrucciones o fallos en los circuitos, garantizando su funcionamiento continuo.

Aliadas del cambio climático

Probado con la subespecie Apis mellifera iberiensis, propia de la península Ibérica, este dispositivo no solo ayuda a monitorear el estado de las colmenas, sino que también convierte a las abejas en bioindicadores. Su actividad refleja cambios en el medio ambiente, proporcionando datos valiosos en un contexto de cambio climático.

El sistema se integra con la plataforma WBee, también desarrollada por la UCO, que permite a los apicultores supervisar en tiempo real las condiciones de las colmenas mediante sensores inalámbricos conectados a un servidor local y a la nube.

Hacia un futuro más sostenible

Este tipo de investigaciones no solo busca facilitar el trabajo de los apicultores, sino también contribuir a la conservación de las abejas, fundamentales para la vida en el planeta. Gracias a herramientas tecnológicas como esta, es posible proteger a estos polinizadores y garantizar su supervivencia en un entorno cada vez más desafiante.