Pedirán libertad provisional para Gaspar Rivera por ser "clave" para encontrar los restos de González Borrajo

La defensa de Gaspar Rivera, uno de los detenidos por la desaparición y homicidio de Juan Miguel Isla, pedirá para él la libertad provisional por su “colaboración” en el hallazgo, el pasado martes, de los restos de Jesús María González Borrajo.

En la entrevista concedida al jefe de interior de COPE, Juan Baño, el abogado de Rivera, Abel Merino, ha asegurado que “desde que fue detenido”, cuando en marzo se encontró el cadáver de Isla en un pozo en Valdepeñas en una finca a su nombre, “su intención siempre fue la de colaborar con la justicia”.

"De hecho" subraya el abogado, "sin la colaboración de mi cliente el cadáver de Jesús González Borrajo jamás se había encontrado”.

EL "CHICO DE LOS RECADOS"

Un hombre "de avanzada edad", con problemas económicos que, antes de ser detenido, vivía "de okupa" en un piso con uno de sus hijos, con problemas de drogadicción.

El "retrato" que desde el primer momento se ha hecho de Gaspar Rivera ha sido el de "encubridor" de los presuntos crímenes de Antonio Caba, el intermediario que tuvo “tratos económicos” tanto con Juan Miguel Isla como con González Borrajo antes de desaparecer, y principal sospechoso de ambas muertes.

Esa precaria situación de Gaspar Rivera, plantea su abogado, "hizo que Caba le tuviera como a su chico de los recados, por lo que le daba 10 o 15 euros para comer".

El día que Caba llamó a Rivera para pedirle que fuera a "ayudarle con el traslado de unos muebles", afirma el letrado, "Gaspar no sospechó nada raro... hasta que llegó a la finca y encontró un cuerpo envuelto en una manta".

"Según me cuenta mi cliente, cuando preguntó qué había pasado, Caba le dijo que se había visto obligado a matarle" cuenta el letrado en relación con el crimen de González Borrajo (el primero cronológicamente, aunque el hallazgo de su cadáver se haya producido después del de Isla, asesinado en 2022).

Esa dependencia, de creer prácticamente que Caba era "su amo", asegura Merino, "hizo que Rivera no se negara a hacer lo que Caba le pedía, que no se planteara si lo que hacía estaba bien o mal", ya que incluso, ha apostillado, "llegó a temer por su propia vida".

ALIVIADO CON EL HALLAZGO. ARRENTIDO DE SUS ACTOS

Cuando el pasado martes se encontraron restos óseos en el pozo de sondeo hasta el que Rivera había guiado a la Guardia Civil "su sensación fue de alivio" asegura el abogado, "e inmediatamente rompió a llorar, pidiendo perdón a la familia de González Borrajo por lo que había hecho".

Un perdón que la familia del fallecido, fundamentalmente su hermano y un sobrino (presentes en la búsqueda del cadáver), "han aceptado" afirma Abel Merino, "ya que, aunque no es excusa, comprenden que su precaria situación le hizo actuar así". Además, han mostrado su agradecimiento a Gaspar Rivera por "haber ayudado a encontrar a González Borrajo", cerrando así cuatro años de incertidumbre y angustia que, sin esa colaboración, "nunca se habrían terminado".