ENTREVISTA
ACCEM Ávila "preparada" para la llegada de menores migrantes no acompañados en caso de ser necesario
Ávila cuenta con dos de los cinco hogares-vivienda que la ONG tiene en Castilla y León
Ávila - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
En Ávila, al igual de en Castilla y León, estamos pendientes de la llegada de 21 menores migrantes no acompañados, que sumados a otros 23 menores pendientes del año pasado son un total de 44. No son números, son niños menores con situaciones humanas y familiares muy complicadas que necesitan ayuda, cobertura y sobre todo sentirse arropados y con mucho cariño.
En Ávila la ONG que se encarga de este tipo de acogidas en ACCEM, en COPE hemos hablado con su coordinador en Castilla y León, Daniel Duque.
Por el momento no se saben cuáles serán las ciudades de la comunidad donde estos menores serán acogidos pero, como ha explicado Daniel Duque, Ávila es “un ejemplo” y así lo demostró en los años 2007 y 2008 con la crisis de los cayucos. ACCEM Ávila acogió entonces a varios menores que a día de hoy han crecido y han hecho su vida en la capital donde han formado familia y han encontrado un puesto de trabajo.
De los cinco hogares-vivienda que ACCEM tiene en Castilla y León, dos se encuentran ubicados en Ávila. Es por ello que Daniel Duque asegura que están “preparados” para acoger a estos menores migrantes no acompañados y hacer que se sientan “en su hogar”, después de las situaciones de gran vulnerabilidad con las que han llegado hasta nuestro país.
Explica el coordinador de la ONG en Castilla y León que más allá de los trámites burocráticos entre comunidades, la tarea de ACCEM es hacer sentir a estos niños que se encuentran en un lugar seguro. La cobertura con ellos es total, tanto desde el punto de vista psicológico, como sanitario y de educación, siempre teniendo en cuenta la “gran carga emocional” con la que llegan.
Todos estos niños son totalmente ajenos a que ellos han servido de excusa para la ruptura de un pacto político entre partidos. Pero su situación, su vida y su futuro no son cuestión de política, sino de ayuda humanitaria, solidaridad y un poco de empatía.