El campo alicantino respira: acuíferos recargados y embalses a niveles récord

Las intensas lluvias registradas en marzo han sido una bendición para el campo alicantino tan castigado por la sequía que se había ido  cronificando. Los acuíferos, que estaban en situación crítica, han recuperado niveles óptimos, garantizando el riego de cultivos hasta después del verano.

Todas las comarcas de Alicante han recibido precipitaciones beneficiosas y los agricultores respiran aliviados ante unos meses en los que el agua está asegurada. El delegado de La Unió en Alicante, Alberto Travé, ha señalado que el agua ha permitido una recarga considerable de los acuíferos, que se encontraban sobreexplotados.

Además, los embalses de cabecera del Tajo, Entrepeñas y Buendía, han acumulado niveles históricos de agua, alcanzando los 1.400 hectómetros cúbicos, una cantidad que no se veía en los últimos 20 años. Esto permitirá mantener el trasvase al río Segura sin restricciones durante un año y medio o incluso dos.

El presidente de ASAJA Alicante, José Vicente Andreu, ha destacado que los embalses de la cuenca del Segura han sumado más de 50 hectómetros cúbicos solo en marzo, reduciendo las restricciones de agua en la Vega Baja y El Comtat, donde antes llegaban al 57%.

Más producción y menos plagas: los efectos positivos de la lluvia

Los cultivos de la provincia han salido beneficiados. Especialmente las hortalizas de invierno como alcachofa, coliflor, haba, brócoli y romanescu, además de cítricos y frutales. En muchas zonas, la humedad extra permitirá alargar algunas campañas agrícolas y aumentar el tamaño de los frutos.

Además, la lluvia ha contribuido a limpiar los árboles y reducir la presencia de plagas que afectaban a los cultivos, como el tomicus o el Trips de Sudáfrica, que prosperan en condiciones de sequía.

Un respiro para la fauna salvaje y los bosques

No solo el campo ha ganado con estas lluvias. La fauna salvaje también se verá beneficiada, ya que los años de sequía habían obligado a animales como cabras montesas, ciervos y muflones a descender a los campos agrícolas en busca de alimento. La mejora de los bosques reducirá este problema para los agricultores.

Después de un 2024 seco y lleno de incertidumbre, la llegada de estas lluvias ha traído seguridad y tranquilidad al sector agrícola de Alicante. Con embalses llenos y acuíferos recuperados, el agua deja de ser una preocupación inmediata y permite mirar con más optimismo al futuro.