“A la cama se va a dormir, no a consultar problemas con la almohada”

Alrededor del 46% de la población de Euskadi sufre algún tipo de trastorno del sueño, que en el caso de las mujeres se debe principalmente al insomnio y en el caso de los hombres, obedece a la apnea obstructiva del sueño. Son datos facilitados por el Departamento de Salud y corroborados en COPE por el jefe de la Unidad del sueño del Hospital Universitario de Álava (HUA), el doctor Carlos Egea.

Despertarse con la sensación de no haber descansado nada, sin energía, o acabar la jornada totalmente reventado es el día a día de gran cantidad de ciudadanos. ¿A qué se debe?. Pues, según el doctor Egea, a nuestros horarios. “Tenemos horarios muy raros. Pasamos dos horas comiendo y todo lo hacemos tarde, así que llegamos a la noche faltos de tiempos”, explica.

A más descanso, mejor salud

Por ello, incide en la importancia del descanso y el sueño de calidad como aspectos esenciales para la salud y el bienestar. El sueño nocturno, afirma Egea, “actúa como nuestro basurero” para eliminar sustancias que se acumulan durante el día y que, “si no se limpian, acaban en alzheimer, degeneración y problemas de corazón o el cerebro”.

Aproximadamente un tercio de nuestra vida nos lo pasamos durmiendo, es decir, que si se viven en torno a 80 años, 27 años se dedican a dormir. “De ahí que sea determinante hacerlo adecuadamente y que el sueño sea reparador, para restablecer el equilibrio físico y psicológico”, subraya.

El insomnio afecta fundamentalmente a las mujeres. Consiste en una pérdida en la calidad o cantidad de sueño que ocurre al menos tres veces por semana y que va acompañado de algún síntoma o consecuencia diurna, ya sea somnolencia, cansancio o irritabilidad.

No es un problema menor. Las personas que sufren insomnio tienen más probabilidades de sufrir depresión o ansiedad y también ven cómo su memoria, su desempeño en el trabajo, su juicio o su líbido se ven afectados.

La apnea, trastorno más frecuente en los hombres, es una enfermedad en la cual la vía aérea superior se cierra durante el sueño, impidiendo que el aire pase por la garganta y llegue al pulmón. Estas personas presentan, entre otros síntomas, ronquidos, pausas de la respiración de al menos diez segundos (apneas) y somnolencia excesiva por el día. El riesgo de padecerla aumenta con la edad, sobre todo, entre los cincuenta y setenta años.

Osakidetza, a través de su portal Osasun Eskola, pone a disposición de las ciudadanos información relativa al cuidado de la salud y, proporciona una pautas sobre el sueño.