Marian Rojas desvela el síntoma físico que puede evidenciar que tienes estrés o ansiedad: "La gente no cae en ello"
La psiquiatra explica en 'Fin de Semana' la relación que tiene el cortisol con todos los síntomas dolores físicos que podamos detectar
Madrid - Publicado el
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Es posible que con la vuelta a la rutina hayas comenzado a notar cierto malestar físico. Ya sea por los nervios o por el mero hecho de volver, precisamente, a la normalidad del año, hay muchas personas que acaban quejándose de dolores de estómago, de colon o incluso de dolores de cabeza. ¿Coincidencia o es que existe una conexión entre el cuerpo y la mente?
La psiquiatra Marian Rojas, en 'Fin de Semana', ha dejado claro que existen las enfermedades psicosomáticas, es decir, una correlación entre el dolor físico con un dolor que va más allá del cuerpo, algo que sentimos por dentro. Con nuestro cerebro, nuestra mente y nuestros sentimientos.
Ha asegurado a Cristina López Schlichting que durante muchos años, los médicos buscaban la especialización y tratar de buscar una respuesta física a un dolor físico, sin ir más allá del cuerpo.
"Cuando tú estudias la carrera de medicina, te pone, imagínate, migrañas, dolor de cabeza de tipo no sé qué y tal, causas. Y entonces te van poniendo desde tumores, meningitis, etcétera y abajo, esto cuando yo estudiaba la carrera, ponía otras causas, dos puntos: psicológicas, estrés". En pocas palabras, se asociaba el estrés o las causas psicológicas a dolores físicos, pero contemplado como una mínima posibilidad. "Cuando no quedaba alternativa", ha señalado.
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"Cuando yo empecé a hacer prácticas en el hospital, me acuerdo que tú llegabas a los pacientes y el paciente te contaba, pues me duele esto, me duele esto, otro. Y claro, te decías, y si usted está feliz, que tiene algún problema, su vida emocional. Y entonces, claro, muchas veces te dicen bueno, ¿para qué le preguntas esto? Y empecé yo a indagar sobre todo el tema de la mente y el cuerpo", ha relatado la psiquiatra.
Fue años después cuando la Universidad de Harvard publicó un estudio que aseguraba que el 80% de las consultas médicas de Atención Primaria "tienen que ver con emociones, emociones reprimidas, situaciones de estrés, y me pareció que era lo suficientemente importante este estudio como para empezar a indagar qué pasaba exactamente". Fue ahí cuando comenzaron sus estudios del cortisol.
"Nosotros nos ponemos en estado de alerta ante ciertas cosas que suceden. Y ese estado de alerta se activa cuando nuestra supervivencia está en juego. Nuestra supervivencia está en juego porque aparece un león o porque aparece un ladrón o porque mi supervivencia afectiva está en juego o que de repente mi supervivencia económica está en juego, o porque de repente me echan del trabajo, mi supervivencia social...", ha enumerado.
Cuando una persona entra en este modo supervivencia, que es "puramente emocional, es la clave: ese cortisol se activa y yo tengo miedo".
EL CORTISOL Y LOS DAÑOS FÍSICOS QUE PUEDE CAUSAR
Cuando el cortisol está constantemente disparado, cuando "yo estoy constantemente en estado de supervivencia por un estado de estrés mantenido, que puede ser porque estoy lidiando contra una batalla diaria de mi día a día o por algo del pasado que tengo sin resolver o por pensamientos negativos o pensamientos intrusivos que me atormentan o porque tengo miedo al futuro por alguna cosa que puede suceder... yo me intoxico de cortisol, yo me inflamo, ahí llega la inflamación por ejemplo".
Y ese es uno de los síntomas físicos que evidencian que estamos ante un grave problema psicológico que debemos tratar. Ese cortisol disparado está actuando también sobre nuestro cuerpo y se hace notar a través de ese síntoma, de ese malestar, de esa inflamación.
"Estados de estrés mantenidos pueden llevar a la inflamación. Para mí esto es muy importante que nuestros oyentes lo entiendan porque muchas veces la gente viene con estas enfermedades crónicas, enfermedades autoinmunes, que pueden tener una base genética, pero se te ha activado la enfermedad y sabemos que el estrés puede ser cómo yo gestiono mi vida, mis heridas, mis traumas, mis pensamientos negativos", ha explicado la experta.
La inflamación es un claro síntoma, pero hay otros como dolores de estómago, de cabeza, de articulaciones o incluso de espalda. El abanico es enorme y las posibilidades también. A Marian Rojas, por ejemplo, "se me inflaman las encías y me sangran", ha confesado.