Cristina L. Schlichting: "La nueva moda es hacer leyes superfluas que no atienden a lo que nos preocupa"

Les juro de verdad que está una alucinada. Ahora nos quitan el piropo, resulta que la expresión verbal inesperada y sorprendente realizada con respecto a una mujer, o hacia esta mujer sin que lo haya autorizado, va a ser considerado agresión. ¡Más tontos no caben en el cesto!

Me niego absolutamente a la desaparición del piropo. El piropo es el consuelo de la viuda, de la divorciada cuando no hay varón que sostenga el entusiasmo vital. Y es el ánimo de la soltera y de la casada. En este segundo caso, anima desde luego la vida conyugal, porque asegura la autoestima.

El piropo es la alegría cuando una ha intentado maquillarse por la mañana, o vestirse de una forma salada, y alguna compañera o un compañero le alegra las pajarillas con un comentario divertido. El piropo es la sal de la vida.

¿Que hay gente tosca? Naturalmente, como la hay en el saludo o en la falta de él, que a veces pasas por un sitio y ni te ven. O como lo hay en la conversación telefónica que algunos realizan de forma más seca que la mojama. Pero eso tiene que ver con la torpeza personal y con la incapacidad, y se puede superar con un buen entrenamiento.

Insisto, aquí hay más tontos de los que caben. Y es que parece que la nueva moda es hacer leyes superfluas que no atienden a lo que verdaderamente nos preocupa. Cómo es posible que estemos con una nueva ley de Educación que contradice íntimamente cuanto desea una mitad de la sociedad. De tal manera que esta ley de Educación está condenada a ser totalmente removida tan pronto cambie el sentido de las elecciones.

Por qué hacemos una ley electoral educativa nueva cada vez que hay un nuevo Gobierno. Sencillamente patético.