Schlichting: "Nunca imaginé que se buscase una amnistía para quienes rompieron la convivencia en Cataluña"

¡Muy muy buenos días España! Te saluda Cristina López Schlichting en esta nueva temporada radiofónica 2023-24 en la que este equipo de 'Fin de Semana' te acompañará sábados y domingos de diez de la mañana a dos del mediodía.

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Escucha el monólogo de Cristina L. Schlichting en Fin de Semana

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Bienvenido a este tour que hoy nos llevará a tu cesta de la compra, a una entrevista sorprendente o a una receta imprevista. Por cierto, hoy llueve en muchos lugares de España, pero piensa en qué momento has sentido este verano un calor asfixiante y cuéntanoslo, que nos reiremos juntos de estas experiencias extremas en la tertulia de chicas.

Lo que te digo, cómo ha llovido esta noche, ¡qué barbaridad!. Somos un país de extremos. En Madrid ha sido intenso y constante, pero en Pamplona, Navarra, en Castellón o en Valencia las imágenes son de calles anegadas y rescates de urgencias. Entre cien y 120 litros por metros cuadrado en 24 horas. Este domingo se esperan precipitaciones especialmente fuertes en el centro y el tercio sudeste de la península y Levante. Viento muy fuerte en Baleares y en Canarias intervalos nubosos con débiles lluvias en el norte.

Mucha precaución si eres parte de la operación retorno, mantente en contacto con la radio y las indicaciones de las autoridades. Desgraciadamente tenemos que lamentar la muerte de dos barranquistas ayer en el barranco de Gorgol, en Huesca, en la localidad de Tramacastilla de Tena. Dos jóvenes de 31 y 34 años realizaban barranquismo con un grupo de ocho personas y han muerto en la última poza del recorrido.

El futuro de España en manos de Puigdemont

La semana política dependerá en buena medida del prófugo Carles Puigdemont, que ha anunciado que el martes hará públicas desde Bruselas sus exigencias a Pedro Sánchez para apoyar al gobierno de España, que es el país que quiere desmembrar.

Pedro Sánchez ayer, en un acto en Málaga, un mes y una semana después de las elecciones del pasado 23 de julio, ha vindicado su derecho a gobernar de nuevo con un rompecabezas de partidos de ultraizquierda e independentistas. Lo llama la España progresista. Es curioso cómo viran y se transforman las palabras. Yo creí que progresista es compartir con los pobres y trabajar por la igualdad y ahora resulta que mandan los más ricos de España, los poderosos de Cataluña y el País Vasco.

Ese Puigdemont que alentó a asaltar los cuarteles de guardias civiles en su región y se reía de los policías acuartelados en barcos de cruceros con un piolín pintado en el casco. O ese Urkullu que dice que España tiene que volver a las dos velocidades, para que Andalucía o Extremadura o Castilla o Aragón tengan menos derechos.

Yo creía que el futuro es cuidar a las viudas de las víctimas del terrorismo y no soltar a los criminales con ayuda de Bildu. Jamás me hubiese imaginado que se buscase una amnistía inconstitucional para los que rompieron la convivencia en 2017 en Cataluña.

En fin, él verá lo que quiere hacer y con quién quiere acostar al socialismo. Yo creo que la derecha capitalista que dice Pedro es precisamente la que representan Puigdemont y Oriol Junqueras, Urkullu y Ortuzar. Ellos verán si quieren seguir apoyando a los más ricos de España.

El Papa Francisco en Mongolia

El que nos está sirviendo postales inolvidables es Francisco, reunido con creyentes de once religiones diferentes delante de tiendas de campaña de pieles, las viviendas tradicionales en Mongolia. Para el Papa progresismo es tender la mano a los más alejados y solos, a los que nadie escucha. Para él es progresista considerar a todos, budistas, islámicos, los que nos dan yuyu.

Para él es progresista seguir diciendo que la guerra no es el camino y que la vida se desarrolla para la inmensa mayoría fuera de los pasillos alfombrados donde se deciden cosas inauditas. El Evangelio es la vida fraterna, la mano tendida, la actitud siempre dispuesta al diálogo y la colaboración por el bien común de la sociedad.

El aceite de oliva, un lujo como el caviar

Y en la vuelta al cole y al trabajo, vamos a encontrarnos muy muy cara la gasolina y muy cara la cesta de la compra. Sorprende el precio del aceite de oliva, a diez euros el litro, convertido en un producto de lujo, que en algunos supermercados tienen que poner en vitrinas o protegido con precintos especiales, como el caviar o las botellas caras. Vamos a hablar de ello y preguntar qué está pasando.