El médico que trató a Miguel Ángel Blanco cuenta qué pasó en el hospital tras ser hallado: "En coma profundo"

En 'Fin de Semana' hablamos con el médico que atendió al concejal del PP asesinado tras ser hallado en un bosque de Lasarte con dos tiros en la cabeza

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El médico que trató a Miguel Ángel Blanco cuenta qué pasó en el hospital tras ser hallado: "En coma profundo"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

El próximo miércoles, el 13 de julio de 2022, se cumplirán 25 años del asesinato de Miguel Ángel Blanco por parte de los terroristas de ETA. Tras la liberación del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, la banda reclamaba el acercamiento de los presos etarras a cambio de la vida de Miguel Ángel. El concejal del Partido Popular en Ermua (Vizcaya) fue secuestrado, camino de su trabajo por la tarde, lo que desembocó en 48 horas agónicas que mantuvieron a España en vilo y que finalizaron con su muerte tras recibir dos disparos en la nuca a manos de Txapote.

Miguel Ángel, que fue encontrado aún con vida, fue trasladado desde Lasarte a las urgencias del Hospital Nuestra Señora de Aranzazu de Donosti, en San Sebastián, donde se encontraba en la Unidad de Cuidados Intensivos Francisco García Urra, el médico que le atendió, quien afirma en 'Fin de Semana COPE' que la primera llamada que recibió era esperanzadora, aunque "pasados unos 10 - 15 minutos vuelven a llamarme para decirme que venía entubado y en coma profundo". Nada más entrar en el hospital, se le intenta reanimar y se le realizan varias analíticas para después intentar estudiarle a través de una radiografía de cráneo. Seguidamente, se aprovecha para hacerle un TAC.

La colocación de las balas, un aspecto clave

Tras ver el tipo de lesiones que presentaba y hablando con el neurocirujano, "ya eramos bastante pesimistas". "Lo que sí supimos era que no había intervención quirúrgica que hacer", comentaba Urrea. Pero, ¿por qué? Por la colocación de las balas. "Una de ellas atravesó todo el cerebro y se alojó en la región frontal". "Con una intervención quirúrgica no solucionábamos nada, lo estropeábamos más", apuntaba.

Ahora bien, ¿cómo es posible que una bala tan pequeña atraviese el cerebro y haga tanto daño? "Porque al entrar con tanta fuerza, la lesión que produce no es lineal, sino cónica", explicaba el doctor. Además, hay que tener en cuenta que el cerebro es un órgano que responde mal a la hinchazón debido al lugar donde se encuentra, de modo que "no puede expandirse, sino apretarse hacia dentro". Otro punto clave fueron las pupilas midriáticas arreactivas, que cuando se producen indican que no tienen ninguna conexión con el mismo y se convierten en uno de los primeros signos de muerte cerebral.

En esos tiempos, al no estar admitida la prueba de ausencia de flujos cerebrales a través de ecografías doppler, no se podía decir que Miguel Ángel estaba clínicamente muerto, una circunstancia que permitió que la familia pudiese verle y despedirse de él. Para ello, Urrea se desplazó hasta la gerencia del hospital, donde encontró a una madre "muy nerviosa", quien se tranquilizó en el momento en el que supo que podía visitarle, y a un padre "ido y superado por la situación".

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Algo que extrañó al doctor fue que el concejal del Partido Popular vasco llegase vivo, ya que con los atentados que se producían en esos tiempos, las víctimas llegaban casi siempre muertas. Ante los rumores de desconexión, ha querido resaltar el "máximo esfuerzo posible" que realizó junto a su equipo, además de explicar que la ley exigía hace 25 años que, para diagnosticar la muerte clínica cerebral, "teníamos que tener un electroencefalograma plano y realizarlo de nuevo seis horas más tarde".

El primero de ellos se realizó alrededor de la 01:00 de la madrugada. Sobre las 09:00 de la mañana y "ya sabiendo que era algo inminente", se le realizó otro pero "se fue deteriorando y falleció", finalizaba Francisco García Urra.

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