'Crónicas perplejas': “Hay palabras que son una especie de brújula, un recordatorio de quiénes somos”
Habla Antonio Agredano de palabras
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En esta sección de 'Herrera en COPE', Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus 'Crónicas perplejas'.
Las ciudades cada vez se parecen más unas a otras. Los mismos bares, las mismas tiendas, la misma gente paseando por calles que han ido perdiendo su personalidad y sus neones.
Hamburgueserías, jóvenes vestidos clónicos, hombres disfrazados de Pokemon, yogures helados, carcasas de móviles.
Menos mal que aún nos queda el consuelo de los acentos y de las palabras. Aunque estemos en la puerta de una cafetería, de esas que hay miles que son todas iguales en infinidad de ciudades, si oigo "fartusco" sé que estoy en Córdoba. Sé que estoy en casa. Si oigo "pego", o "averiguao", o "vargas", sé que algo de mí nunca se ha ido de allí.
Hay palabras que nos habitan. Que se nos cuelan en la boca como viejos amigos, de esos que no tienen prisa por marcharse. Las palabras tienen su propio peso. Su propia arquitectura. Y sus propias raíces.
Palabras que son una especie de brújula, un recordatorio de quiénes somos. De quienes no deberíamos dejar de ser. Esas palabras, dichas casi sin querer, que nos devuelven de golpe a la tierra. A nuestra tierra.
En tiempos fugaces, en tiempos idénticos, en días y lugares demasiados parecidos unos a otros, busquemos el tesoro de lo que somos. Mirémonos dentro. Hay palabras que no son solo una suma de letras. Hay palabras que son, también, un puñado de calles, de instantes y de recuerdos