"Hay un sector del espectro político que está siendo desleal con la constitución"

¿Qué tal, buenos días? Saludos de Sergio Barbosa, en nombre de la gente que hace posible 'Herrera en COPE' en este viernes 6 de diciembre de 2024.

Aquí estamos, saliendo al quite de otra festividad de esas que dejan vacías algunas ciudades y que a otras, en cambio, las pone a reventar.

Dicen que los hoteles de Valencia están renqueando un poco, después de la DANA pero en ciudades como Madrid. Ayer a última hora ya se notó que esto va a ser un gentío importante, como cada año.

Y eso que Madrid, según el ministro Óscar López, es donde la fachosfera tiene su sede social, además de ser el epicentro, dice, de la peor política.

Claro, teniendo en cuenta que la Moncloa está también en Madrid, lo mismo el aspirante a líder del PSOE madrileño no ha dicho ninguna mentira.

Pero miren, hoy toca es celebrar el Día de la Constitución. Y eso quiere decir que hoy la Carta Magna cumple ya 46 años.

46 años, en “años humanos”, son palabras mayores porque quiere decir que ya tienes que haber superado la crisis de los cuarenta. Es decir, lo del injerto de pelo, o comprarte un descapotable o vestirte más juvenil de lo aconsejable. Eso ya, con 46 años, lo deberías haber superado por la cuenta que te trae.

Ahora bien, en años constitucionales, 46 años no son nada. O no deberían ser nada.

Ahí tienen ustedes, por ejemplo, la Constitución de Estados Unidos, que data de 1787 y que sigue en vigor gracias a las 27 enmiendas, a los 27 retoques que se le han añadido a lo largo de estos siglos. Pero 27 enmiendas en tanto tiempo, tampoco son tantas.

La vivienda trae a la juventud por el camino de la amargura"

Sergio Barbosa

Copresentador de 'Herrera en COPE'

Es decir, que si uno quiere que la Constitución le salga buena y le dure mucho tiempo (sin que le salgan pelotillas cuando la sacas de la lavadora), “poder se puede”. Lo que pasa es que para eso hace falta una cosa que se llama lealtad y otra que se llama consenso.

Si hay lealtad y consenso, pues no hace falta andar cambiando la constitución cada pocas décadas, porque a la carta magna se le pueden hacer retoques consensuados.

El problema que tiene España, de un tiempo a esta parte, es que hay un sector del espectro político que está siendo desleal con la Constitución (solo hay que ver lo que hicieron los separatistas catalanes durante el Procés) y que, además, el partido de gobierno (el PSOE) ha colonizado el constitucional con magistrados de su cuerda, que se han propuesto hacer una interpretación de la carta magna… nada consensuada.

Ya saben: Inventándose derechos o posibilidades jurídicas que en realidad no aparecen en la Constitución. Véase por ejemplo, una amnistía, cuando los ponentes del 78 descartaron dos propuestas en ese sentido y además dejaron prohibidos los indultos colectivos.

A ese flanco, a ese problema de la deslealtad política de los que no creen en la unidad del país, (más la operación de la izquierda por imponer su modelo de Estado por la puerta de atrás)... la Constitución suma ahora otro reto.

Y es esa sensación de que el Estado de las autonomías que nos trajo la Constitución no funciona o es tal maraña de administraciones superpuestas que a veces resulta ineficaz.

Un debate que se ha avivado en las últimas semanas con el desastre de la DANA.

Efectivamente, llegamos a este día de la Constitución apenas un mes después de que la España de las autonomías (representada por la jefatura del Estado, el poder central y el poder autonómico),  tuvieran que aguantar en Paiporta las iras de unos ciudadanos que se habían sentido. Desprotegidos, primero, y abandonados después por eso que se llama el Estado.

Pero es que hoy el día se presta a mirar “otras cosas nos dejó dichas la Constitución del 78”, pero que, a la hora de la verdad, las llevamos un poco reguleras.

Este Día de la Constitución se presta un poco a hacer balance de la situación del país"

Sergio Barbosa

Copresentador de 'Herrera en COPE'

Y uno de los puntos más candentes con los que llegamos a este día es lo del famoso derecho a la vivienda.

Que es algo que ya sabemos que no se puede tomar al pie de la letra, porque la Constitución del 78 dice que España es un estado social de derecho, pero eso no obliga a la administración a entregar una vivienda a cada ciudadano.

Pero, bueno, sí existe la voluntad constitucional de que la gente viva de forma digna y ahí la vivienda se antoja como algo fundamental.

¿Problema? Pues que lo de la vivienda trae a nuestra juventud (y lo que no es la juventud) por el camino de la amargura. Solo hay que ver el esperpento que se formó esta semana en Barcelona, cuando una inmobiliaria tuvo la feliz idea de hacer una jornada de puertas abiertas, durante una hora y media, para todos aquellos que quisieran ver un piso.

Es verdad que el piso estaba en el centro de Barcelona, pero estaba por reformar, no tenía muebles y apenas contaba con 50 metros cuadrados. Pero, claro, que tuviera 3 habitaciones y, sobre todo, que su precio no llegara a los mil euros (923 al mes) hizo que se juntara allí la marabunta.

El agente inmobiliario tuvo que explicar qué datos había que presentar para aspirar al piso, a grito pelado desde el rellano, porque la cola de interesados llegaba a la calle. Lo cual te da una idea de la desesperación de la gente por conseguir un piso donde meterse.

Y no tiene pinta de que esto vaya a mejorar a corto plazo, (porque más allá de anuncios populistas sobre empresas públicas de vivienda). De momento, lo que tenemos es que el precio de la vivienda ha subido un 8% en el tercer trimestre (su mayor repunte en dos años).

Este Día de la Constitución se presta un poco a hacer balance de la situación. Sobre, 46 años después, qué ha funcionado y qué se ha encarecido en la vida pública de nuestro país. 

Que ya les digo que lo principal es la falta de consenso, como se ha demostrado en las últimas horas, con el fracaso de las negociaciones gobierno-PP en un asunto de Estado como es la crisis migratoria.