El insólito origen de la expresión para ligar con una persona y no es "tirar la caña": "Un palo de madera clavado"
El historiador José Talavera revela de dónde viene uno de los dichos populares más extendidos que sigue vivo después de pasar de generación que los jóvenes usan también
Publicado el
2 min lectura
En las conversaciones cotidianas, uno de los términos más comunes para referirse a la acción de coquetear o intentar ligar con alguien es la expresión "tirar los tejos". Sin embargo, su origen está lejos de la idea moderna de "tirar la caña" o simplemente coquetear. En Poniendo las Calles, el historiador José Talavera nos revela un curioso relato que conecta este dicho con un juego popular de tiempos pasados.
Según Talavera, la expresión tiene sus raíces en un antiguo juego llamado "el Tejo", que se jugaba en plazas o parques públicos. En este juego, los participantes lanzaban un trozo de teja o piedra contra un palo de madera clavado o colocado en el suelo, con el objetivo de derribarlo. Este simple juego se desarrollaba a menudo en espacios donde otros, además de jugar, se dedicaban a pasear o a disfrutar del ambiente.
Lo más interesante viene cuando el historiador nos cuenta cómo los jóvenes utilizaban este juego para insinuarse de manera sutil a aquellos que les interesaban. En muchos casos, cuando un chico se sentía atraído por una chica que paseaba cerca, no perdía la oportunidad de jugar al Tejo, tirando la piedra o teja cerca de ella.
¿Por qué? Porque, al ir a recogerla, aprovechaba el momento para acercarse, iniciar una charla y mostrar su interés. De esta forma, la acción de "tirar el tejo" se convirtió en una manera indirecta de ligar, sin ser tan explícito.
El insólito origen de la expresión
Con el tiempo, este gesto pasó a ser sinónimo de cortejo y coqueteo. El simple acto de tirar el tejo cerca de alguien empezó a asociarse con la intención de entablar una relación especial, un vínculo que iba más allá del juego. Así, el "tirar los tejos" pasó de ser una expresión vinculada al mundo infantil y el ocio a convertirse en un símbolo de interés romántico y afectivo.
Bea Calderón, en el programa, hace una reflexión interesante sobre esta expresión: "Es una buena forma de ligar para los que sean un poco vergonzosos." Y es que, al igual que en aquellos tiempos, la sutilidad y la indirecta continúan siendo estrategias eficaces para quienes no se atreven a dar el primer paso de forma directa.
Lo que comenzó como un simple juego en plazas públicas, ha perdurado hasta hoy como uno de los dichos populares más extendidos en la cultura española, utilizado no solo por adultos sino también por los más jóvenes, quienes lo han adoptado en su jerga diaria.
Sin duda, la historia de esta expresión es un ejemplo fascinante de cómo las tradiciones y las costumbres de antaño siguen influyendo en el lenguaje de las nuevas generaciones.