La predicción de un experto en banca sobre las tarjetas de crédito: "Si te lo digo hace 20 años, parece ciencia ficción"

Hace más de 70 años, la historia de las tarjetas de crédito comenzó de una manera tan peculiar que parecía un guion sacado de una novela de ciencia ficción. En 1950, Frank McNamara, un empresario neoyorquino, olvidó su cartera mientras cenaba en un restaurante, lo que lo obligó a llamar a su esposa para que le llevara dinero y pudiera pagar la cena. Este pequeño incidente le dio la idea que cambiaría para siempre la forma en que manejamos el dinero, dando lugar a la creación de la primera tarjeta de crédito moderna: Diners Club.

Un impulso ante la necesidad

El concepto de la tarjeta de crédito no surgió de la noche a la mañana, ni fue un golpe de suerte. La necesidad de una solución práctica para resolver problemas cotidianos fue lo que impulsó la evolución del sistema de pagos. Como explica Marcos López Herrador, experto en historia de la banca y el dinero, y autor de "Historia de la Banca y el Dinero", las grandes innovaciones en el ámbito financiero han sido, en su mayoría, respuestas a problemas sencillos: "Nunca han existido grandes ideas que hayan solucionado grandes problemas, sino pequeñas soluciones a problemas muy primarios", comenta durante su intervención en el programa Poniendo las Calles.

Aunque el concepto de una tarjeta de crédito ya había sido planteado a finales del siglo XIX en la novela utópica Looking Backward de Edward Bellamy, la creación de Diners Club fue el primer paso hacia su consolidación como lo conocemos hoy. Desde sus humildes inicios, donde solo 200 personas podían acceder a la tarjeta y solo se aceptaba en 14 restaurantes de Nueva York, la tarjeta de crédito se fue transformando hasta convertirse en un medio de pago global.

Un futuro impensable hace 20 años

La evolución de las tarjetas ha sido vertiginosa. Desde su versión inicial de cartón, la tarjeta de crédito pasó a ser de plástico, incorporando el chip y el pago sin contacto (contactless). Este proceso de transformación no solo mejoró la seguridad, sino que también amplió las posibilidades de uso de estas tarjetas. En el programa Poniendo las Calles, López Herrador recordó cómo, en 1971, el Banco de Bilbao se convirtió en la primera entidad española en adoptar este sistema, un avance crucial para popularizar su uso en todo el mundo.

Sin embargo, lo más sorprendente de la predicción de Marcos López Herrador es su visión del futuro de las tarjetas de crédito. "Es posible que en el futuro, en lugar de llevar una tarjeta, tengamos un chip implantado en la muñeca que sirva para almacenar información médica, identificación, e incluso como tarjeta de crédito", comentó el experto, destacando que, aunque esta idea podría parecer ciencia ficción hace tan solo 20 años, ahora se está acercando a ser una realidad.

Es posible que en el futuro, en lugar de llevar una tarjeta, tengamos un chip implantado en la muñeca que sirva para almacenar información médica, identificación, e incluso como tarjeta de crédito"

Marcos López Herrador

Experto en historia de la banca y el dinero, y autor de "Historia de la Banca y el Dinero"

El futuro de las tarjetas de crédito no solo estará marcado por la tecnología, sino también por la seguridad. Con la evolución de los sistemas de pago, los bancos han implementado medidas de protección cada vez más sofisticadas, como los chips y los sistemas de autenticación biométrica, lo que permite que las transacciones sean más rápidas y seguras.

Las tarjetas de crédito no solo han transformado nuestra manera de pagar, sino que también han impactado profundamente en la economía global. La facilidad para financiar compras pequeñas y frecuentes ha permitido que el consumo se dispare, convirtiéndose en un motor clave para la economía moderna.

Con la predicción de López Herrador sobre los chips implantados, parece claro que la tarjeta de crédito es solo el comienzo de una transformación aún mayor. Lo que hace unos años parecía ciencia ficción, hoy parece cada vez más probable. Y es que, como bien se dice, el futuro siempre llega más rápido de lo que pensamos.