4ª FERIA DE COLMENAR VIEJO

El Toreo, con mayúscula, de Diego Urdiales en Colmenar Viejo

Tres orejas en una tarde magistral fue el balance de un Diego Urdiales que abrió la Puerta Grande de Colmenar Viejo. Vuelta a un buen toro de Zacarías Moreno.

Derechazo de Diego Urdiales a 'Finito' de Zacarías Moreno en Colmenar Viejo

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Contra la resaca triunfalista del lunes, llegó Urdiales con la receta perfecta para aliviarla este martes. Para empezar, en el abreplaza. Doce verónicas a cuál más templada y acompasada y una media en centro del ruedo acinturada y ajustada. Toma ya. Después otro quite por el mismo palo y dos nuevas medias con sabor, una con el compás abierto y la segunda a pies juntos. El toro de Zacarías Moreno, “Finito”, ya había cantado para entonces su notable condición. Temple y clase a raudales en sus embestidas. Y un inicio de faena repleto de torería y armonía de formas sacándose al toro hacia el tercio. Una trincherilla alumbró el preludio muleteril. Y después una sinfonía del toreo más puro. Desprovisto de cualquier efectismo artificial. En redondo, enganchando los viajes del toro con sutileza, enroscándoselo a la cintura y soltándolo más allá de la cadera. Todo ligado y con una naturalidad innata. Una postrera tanda al natural a pies juntos, moviendo los vuelos de la muleta con mimo para después llevar toreado al toro hasta el final. Y un volapié de libro para completar una actuación de 10. Las dos orejas cayeron con justicia, como la vuelta al toro de Zacarías.

El cuarto no fue tan claro y marcó pronto que estaba loco por irse a tablas. Urdiales jugó con alturas, distancias y terrenos para lograr que el toro no se rajase. Y de nuevo, con el animal ya hipnotizado en su muleta, todo brotó con una insultante despaciosidad y hondura. Sin un gesto de más, la faena del arnedano fue creciendo en intensidad hasta un final rodilla en tierra que rezumó torería añeja. Un pinchazo previo a una estocada contraria dejó el premio final en una oreja de mucho peso. Más allá de los despojos, tres, quedó la imborrable huella de la maestría de Diego Urdiales. El Toreo, con t mayúscula.

Miguel Ángel Perera vio como su subalterno Javier Ambel derrumbaba a su primer toro tras haber sido cambiado el tercio de varas entre las protestas del público por la falta de fuerzas del toro. Asomó el pañuelo verde y en su lugar saltó un sobrero del mismo hierro, más basto de hechuras y bajo de raza. El extremeño se enzarzó en una faena de escaso relieve artístico. Templado sin más Perera ante un toro que acabó rajado y sin ganas de embestir. Saludó una ovación tras una estocada baja y un golpe de descabello.

La oreja para Perera cayó en el manejable quinto. El pacense, que se mostró templado con el capote, firmó una faena marca de la casa. Un inicio explosivo con un cambio de mano que llegó al tendido, una primera parte de faena de limpio trazo y exigente y un final de cercanías en la que el toro acabó afligiéndose. Faena larga que se vivió sin oles en los tendidos pero que coronó de una estocada desprendida y perpendicular de la que salió el toro rodado. Tampoco la petición alcanzó muchos decibelios en intensidad, aunque acabó concediéndose como un acto funcionarial.

No se dio mucha coba Daniel Luque con un primero de su lote que apuntó buenas cosas de inicio pero que después estuvo lastrado por su falta de fortaleza. Lo avío de un certero espadazo.

Se quebrantó el hechurado sexto en una fuerte voltereta a la salida del caballo. Había tenido alegría y buen son en los primeros compases de su lidia. A derechas Luque no le cogió el aire y el temple, con el de Zacarías soltando la cara en el embroque. Al natural llegaron los mejores momentos del trasteo, arrastrando la muleta, llevándolo largo y deslizándose con calidad el toro. Pero todo con demasiados altibajos. Esas irregularidades quedaron igualadas con dos pinchazos previos a una estocada delantera.

Colmenar Viejo (Madrid), martes 31 de agosto de 2021. 4ª de Feria. La mitad del aforo permitido.

Toros de Zacarías Moreno, el segundo como sobrero. Bien presentados y de buenas hechuras. Conjunto manejable en distintos grados. Destacó el noble y enclasado primero, “Finito” de nombre, número 50, 580 kilos y nacido el 10/16, premiado con la vuelta al ruedo.

Diego Urdiales, dos orejas y oreja tras aviso.

Miguel Ángel Perera, saludos y oreja.

Daniel Luque, silencio y silencio tras aviso.

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